Un rechazo en la intimidad puede alterar tanto tu cuerpo, que te sientes mal hasta contigo mismo, acá te explicamos la razón.
Sí, es cierto que el sexo es parte importante en las relaciones interpersonales, además de que es un acto completamente normal en los seres humanos, sin embargo, muchas veces las ganas de llevarlo a la práctica son escasas, incluso nulas. Las razones pueden ser muchas, el problema es cuando tú tienes ganas y tu pareja no, pues el rechazo puede tener más consecuencias de los crees. Un rechazo sexual puede alterar tanto tu cuerpo, que te sientes mal hasta contigo mismo, acá te explicamos la razón.
Estudios han demostrado que las respuestas a las invitaciones sexuales influyen considerablemente en la percepción de la satisfacción sexual y amorosa, es decir, un sí o un no son más importantes de lo que crees y pueden hablar excesivamente sobre tu romance; cuando estás con una persona y sabes que podrían tener intimidad, te sientes muy feliz, sin embargo, cuando no pasa y te rechaza, el efecto de enojo es mucho más prolongado que cuando dice que sí.
El estudio fue liderado por Kiersten Dobson de la Universidad del Oeste de Ontario, y en éste analizaron a 115 parejas heterosexuales con edades de 19 a 64 años de edad, mismos que mantuvieron intimidad diariamente durante tres semanas. De este modo, los participantes registraban si sus parejas los invitaban a tener sexo y si aceptaban o no. Asimismo, registraron todos los días los niveles de satisfacción que sentían en su relación en general y en el aspecto sexual.
Con estos registros, a los investigadores no les sorprendió que cuando el sexo sí se llevaba acabo, aumentaban sus niveles de satisfacción en ambos puntos anteriores. Sin embargo, cuando la invitación era rechazada, disminuía el grado de satisfacción sexual. De este modo, el estudio demostró que ser rechazado o ser quien rechaza, no tenía un efecto general en el nivel de satisfacción de la relación, sin embargo, sí en la del sexo. Había un ligero cambio que duraba hasta 48 horas, mientras que, cuando el sexo era aceptado, la felicidad duraba 24 horas.
Otro punto que los expertos observaron, fue que recibir la invitación, ser rechazada o aceptada, tenía un efecto positivo de 72 horas. Con estos resultados, los expertos llegaron a la conclusión de que, más que el placer que te puede dar el rechazar a tu pareja, recibir una invitación sexual provoca una sensación de que te sientes sumamente deseado, por lo que te generará un aumento de satisfacción sexual a pesar de que ni siquiera lo has llevado a la práctica… aún.
Asimismo, el efecto negativo de cuando tú eres rechazado, integra inseguridad, baja autoestima y, claro, enojo, mismos que duran más que las reacciones positivas. Si te encuentras en una relación formal y tu pareja te rechazó, también están las sensaciones anteriores más inseguridades dentro de su romance, es decir, se genera miedo y menos oportunidades de fortalecer su intimidad a través del sexo.