Son las 4:00 de la mañana, aún está oscuro, pero ya es tarde para los comerciantes del mercado de La Terminal, zona 4, quienes deben preparar sus ventas para poder ofrecer sus productos y abastecer a cientos de compradores.
El toque de queda apenas ha concluido y ya este gran entro de comercio de la Ciudad de Guatemala empieza su movimiento. Es normal, a esa hora, pero no son días cualquiera, ya que el ofrecimiento, la venta y resguardar nuevamente el producto conlleva a más esfuerzo, pues a las 12:00 horas deben concluir la jornada ante las medidas de contención por la emergencia del coronavirus COVID-19.
El trabajo sigue
Sin embargo, las labores para cada locatario de La Terminal no concluyen con el toque de queda, falta el abastecimiento de sus comercios, aspecto que también solían hacer al concluir con la atención de sus clientes, solo que ahora lo deben hacer más temprano, o quedarse a dormir en sus locales.
Este es el caso de don Margarito Pereira, de 50 años. Desde que se declararon estas medidas de contención colocó en un segundo nivel de su negocio de sandías un colchón donde pasa la noche.
Las razones por las cuales no puede regresar a su hogar se deben a que al concluir el horario de venta espera a que lleguen las 13:00 horas para recibir y descargar de camiones la fruta para que al día siguiente cuente con producto para su venta.
A mantener la venta
Lo mismo le ocurre a Bryan Rodríguez quien desde hace varios años se dedica a la venta de limones.
Para poder ver a su esposa en su casa ubicada en la zona 6 de Mixco, debe movilizarse en algún transporte alternativo, por ejemplo Uber.
No ve a su familia
Desde que comenzó el toque de queda La Terminal ha sido el hogar don José Odilio Reymundo Cardona, quien lleva 15 años de vender en este centro de comercio, pues tampoco ha podido regresar a su hogar y ver a su familia.
Debe mantenerse en su negocio de fruta para poder contar con el producto que será de suma importancia para mantener sus ingresos.
A madrugar
Solo llegan las 4:00 de la mañana don Bonifacio Ixchop, de 43 años, sale con su hijo desde Villa Nueva y no llegar tarde para vender piñas.
Para ello, cuenta con una motocicleta para poder salir de su casa y estar a un tiempo favorable para iniciar la jornada laboral. Posteriormente se incorpora su esposa y así mantener el negocio familiar.
Lo mismo le ocurre a Manuel Baldomero López, de 43 años, originario de Chichicastenango, quien vende limones y debe aprovechar al concluir el toque de queda para llegar y seguir sus jornadas para poder llevar el sustento a su hogar.
En el Mercado La Terminal se pudo observar bastante afluencia de personas con sus mascarillas, medida obligatoria y sin excepción que fue decretada por el presidente @DrGiammattei para evitar la propagación del Covid-19 en el territorio nacional. pic.twitter.com/1XketIKXDd
— Edwin Bercián (@EBercian_PN) April 13, 2020