Estados Unidos, con su presidente a la cabeza, admitió este lunes que los fallecimientos por coronavirus COVID-19 pueden llegar a ser mucho más numerosos de lo previsto, mientras que el desconfinamiento se acelera en Europa, donde la Unión Europea ha recaudado más de 7 mil 400 millones de euros para buscar una vacuna.
Tras varias semanas de restricciones, un aire de libertad, aunque limitado, soplaba en varios países europeos: los parques reabrieron en Italia, al igual que los lugares de culto y los museos en Alemania, y en muchas ciudades se han producido filas en las peluquerías, los sitios más frecuentados este lunes tras casi dos meses cerradas.
Temores
Pero la reactivación es prudente y muy limitada ante los temores a una nueva ola de infecciones. Las normas de distanciamiento social siguen en vigor.
En Estados Unidos, que acumula un tercio de los casos de COVID-19 registrados en el mundo, se da por hecho que la cifra de los 100 mil muertos será superada, probablemente en junio, según múltiples modelos epidemiológicos que descartan un parón súbito de los contagios en el verano boreal.
Uno de los grandes modelos de la pandemia, el del Institute for Health Metrics and Evaluation (IHME), revisó al alza el lunes su previsión de decesos ligados al nuevo coronavirus en Estados Unidos.
Cálculo
Según su nuevo cálculo, de aquí al 4 de agosto el número de fallecidos será de 134 mil personas en lugar de los 72 mil que había anticipado anteriormente, debido al desconfinamiento prematuro decidido en algunas regiones del país.
El domingo, el presidente Donald Trump, acusado por sus detractores de no haber reaccionado con suficiente rapidez ante la pandemia, reconoció que su país va a “perder 75 mil, 80 mil, 100 mil personas”. Hasta ahora los fallecidos por COVID-19 son 68.689 en Estados Unidos.
A pesar de esto, el Senado celebró por primera vez en más de un mes su primera sesión regular, la “más extraña de la historia moderna, según el líder de la minoría demócrata, Chuck Schumer.