Desde hace 12 años, José David Marroquín, de 32 años, fue diagnosticado con diabetes, derivado de esta enfermedad perdió un dedo y esta a punto de perder el pie de no contar con el medicamento para evitarlo.
José David es residente en la aldea El Xab, en El Asintal, Retalhuleu, aunque no cuenta con trabajo, él se ha dedicado a vender ropa usada para agenciarse de algunos recursos; sin embargo, es insuficiente para cubrir su medicamento.
José necesita medicamentos para contrarrestar el daño que la enfermedad ha causado en su pie izquierdo, ya perdió un dedo, pero pide ayuda para que la enfermedad no siga causándole daños.
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Entre los medicamentos que utiliza se encuentran: Meropenem (Niamen) 500mg, medicamento vital para evitar la propagación de la gangrena; Enoxaparina 20mg esto lo combina con unas pastillas para el dolor, Diosmina 500mg (Daflon), y para mantener el pie humectado necesita una crema llamada Clostridiopeptidasa.
Si usted desea colaborar con este joven puede comunicarse a su número de teléfono 5425-0977.
Pie diabético
Una de cada cuatro personas que viven con diabetes padece pie diabético, una condición que de no ser tratada adecuadamente provoca discapacidad y en casos extremos puede llevar a la muerte, la doctora Karina Reinoirte.
“Las personas que padecen diabetes suelen llegar a estas complicaciones porque no tienen buen control de la enfermedad; de hecho, solo una de cada cuatro controla bien su glucosa”, aseveró la nefróloga del Hospital Civil de Guadalajara.
De hecho, señaló que 85 por ciento de las amputaciones que se presentan a nivel mundial están relacionadas con la diabetes.
La doctora Irma Luisa Ceja Martínez, gerente médica de endocrinología y nutrición de Grupo PiSA, dijo que la diabetes mal controlada daña los nervios, las venas y las arterias del cuerpo.
“Esta afectación, conocida como neuropatía, ocasiona que se adelgace la piel y se pierda sensibilidad, lo que no permite sentir el dolor de una herida que aunado a la disminución de la circulación, predispone una lenta cicatrización”, explicó la especialista.
Cuando la herida no cierra, señaló, es muy fácil que se infecte y se convierta en úlcera, la cual al crecer puede hacerse profunda y afectar tendones y huesos ocasionando osteomielitis.