“No hubo ninguna fuga de patógenos ni contaminaciones humanas“, dijo Yuan Zhiming, director del laboratorio de virología de Wuhan, defendiendo a la institución de las versiones que lo acusan de haber dejado escapar el coronavirus, causante de la muerte de más de medio millón de personas en todo el mundo.
En un reportaje en la televisora estatal CCTV, Yuan defendió las medidas de seguridad del laboratorio, asegurando que, “sin autorización, ni un mosquito podría entrar” en las instalaciones.
El laboratorio P4, situado en Wuhan, ciudad cuna del COVID-19, trabaja con cepas de virus especialmente peligrosas y hay hipótesis que apuntan a que estaría en el origen de la pandemia.
“Ninguno de nuestros técnicos de laboratorio podría sacar ni siquiera una gota de agua o un pedacito de papel“, aseguró Yuan.
“La gente que se imagina que podríamos sacar animales del laboratorio para venderlos o que podrían escaparse no tienen ni idea de nuestro funcionamiento“, dijo el director del Laboratorio Nacional de Bioseguridad.
Dudas sobre el origen del virus
La teoría que tiene más consenso es que el virus tendría su origen en un murciélago o un pangolín y que luego pasó al hombre.
Y el lugar probable de contaminación sería un mercado de Wuhan donde se vendían animales salvajes vivos.
En ese sentido, Yuan consideró “natural” que su laboratorio sea considerado “sospechoso“, pues es el que está más cerca del epicentro de la epidemia.
No obstante, señala que aunque parezca que el laboratorio es “una caja negra secreta“, es en realidad “muy abierto y transparente” y espera acoger a investigadores extranjeros en el futuro.
Yuan apunta, además, que confía en que “los rumores se disiparán progresivamente“.
Estados Unidos y Australia, entre otros países, acusan a China de falta de transparencia y han pedido una investigación internacional sobre el origen del virus.
De momento, la pandemia ya ha contaminado a 12 millones de personas en todo el mundo.
*Con información de AFP