Por primera vez en 17 años, Estados Unidos volvió a ejecutar a un preso federal, luego de que la Corte Suprema autorizara el procedimiento.
El ejecutado fue Daniel Lewis Lee, de 47 años, un supremacista blanco acusado del asesinato de tres personas en 1996: William Mueller, su esposa, Nancy, y su hija de ocho años, Sarah.
Fue sentenciado tres años después, en Arkansas.
“Daniel Lewis Lee fue ejecutado utilizando la inyección letal“, informó la madrugada de este martes la prisión de la localidad de Terre Haute, en Indiana, donde estaba el condenado.
La ejecución de Lee estaba prevista para el lunes, pero la jueza de distrito, Tanya Chutkan, ordenó suspender la sentencia horas antes para permitir impugnaciones a los protocolos de la inyección letal, que se aplicará a ese y a otros tres condenados a muerte por delitos federales.
El Departamento de Justicia apeló inmediatamente la sentencia de Chutkan y la Corte Suprema le dio la razón este martes de madrugada.
“Revocamos la orden preliminar de la Corte de Distrito y las ejecuciones podrán tener lugar como estaban previstas“, indicó la Corte Suprema, en alusión a las ejecuciones de cuatro condenados a muerte que estaban planificadas.
El gobierno del presidente Donald Trump anunció en julio de 2019 que la administración federal iba a volver a usar la pena capital.
Últimas palabras
Según The Indianapolis Star, periódico local que estuvo presente en la ejecución, antes de recibir la inyección letal Lee proclamó de nuevo su inocencia.
“Están matando a un hombre inocente“, fueron sus últimas palabras.
Lee, originario de Yukon, Oklahoma, se convirtió así en el primer preso federal ejecutado en Estados Unidos desde 2003. Desde la reinstauración de la pena capital en 1988, sólo hubo tres ejecuciones federales.
Familiares de las víctimas pidieron, sin éxito, postergar la ejecución, debido a las dificultades para asistir a la misma debido a la actual pandemia de coronavirus.