La Tierra recibió las primeras imágenes del Sol tomadas por la sonda Solar Orbiter, las cuales revelaron un fenómeno que podría explicar un misterio sobre el astro rey.
Desde hace mucho tiempo, los astrónomos se han preguntado por qué en la superficie del Sol la temperatura es de unos pocos miles de grados, mientras que en la corona, a cientos de miles de kilómetros, puede alcanzar millones.
“Nunca se había visto el Sol tan de cerca“, dijo Anne Pacros, responsable de la carga útil de la misión Orbiter, una colaboración entre la Agencia Espacial Europea (ESA) y la NASA, que despegó de la Tierra el 10 de febrero.
#SolarOrbiter has made its first close pass by the Sun, studying our star and space with a comprehensive suite of instruments — and the data is already revealing previously unseen details. This is #TheSunUpClose. https://t.co/rVMjz45DoY pic.twitter.com/YLKBXRNQZb
— NASA Sun & Space (@NASASun) July 16, 2020
Tomadas a 77 millones de kilómetros de la estrella (aproximadamente la mitad de la distancia Tierra-Sol), estas imágenes identificaron un fenómeno nuevo: minierupciones de plasma cercanas a la superficie, detalló la ESA en una conferencia de prensa.
“El Sol puede parecer calmo a primera vista, pero cuando miramos a detalle podemos ver estas erupciones miniatura dondequiera“, comentó David Berghmans, del Observatorio Real de Bélgica, investigador principal del instrumento de teledetección “Extreme Ultraviolet Imager” (EUI).
Estas eyecciones, que hasta ahora no habían sido vistas en detalle, “son pequeñas comparadas con las erupciones solares gigantes que podemos observar desde la Tierra, millones o miles de millones de veces más pequeñas“, explicó el físico.
Aun así, pueden tener el tamaño equivalente a un pequeño país, agregó Berghmans.
Data from the Extreme Ultraviolet Imager reveals tiny “campfires” dotting the Sun’s surface — bright spots that may be related to nanoflares, which are one possible explanation for the incredible heating of the Sun’s outer atmosphere, the corona. pic.twitter.com/7WFiL6Yf4s
— NASA Sun & Space (@NASASun) July 16, 2020
“Grial” de la física solar
Los científicos aún ignoran si estos fenómenos son una versión en miniatura de las grandes erupciones o son el resultado de mecanismos diferentes. Pero las teorías ya afirman que podrían contribuir al calentamiento de la corona solar, fenómeno hasta ahora inexplicable.
La corona, la capa más externa del Sol que se extiende a lo largo de millones de kilómetros en el espacio, llega a millones de grados, mientras que la superficie es de unos 5 mil 500 grados.
Esta diferencia es contraria a las leyes de la física, que señalan que cuanto más se aleja de una fuente de calor, más desciende la temperatura.
La ESA subraya que entender estos mecanismos se considera el “grial” de la física solar.
Misión
La sonda tiene muchos otros objetivos, como comprender cómo el Sol controla la heliosfera, la burbuja de miles de millones de kilómetros de diámetro formada por el viento estelar (un flujo de partículas cargadas eléctricamente) que envuelve al sistema solar y lo protege de los rayos cósmicos.
Para estudiar esto, dispone de cuatro instrumentos que miden el entorno cerca del vehículo.
También debe estudiar las tormentas cargadas de partículas energéticas, provocadas por las erupciones solares, que pueden perturbar redes de telecomunicaciones y redes terrestres de electricidad: la llamada “meteorología espacial“.
Las imágenes inéditas de los polos del astro, “tierra desconocida“, también deberían ser develadas de aquí a 2025, permitiendo, quizás, aclarar el funcionamiento del campo magnético solar, detalló Sami Solanki, director del Instituto Max-Planck de investigación sobre el sistema solar.
Estas primeras imágenes son solo el inicio, ya que la misión no ha entrado aún en la fase de toma de datos científicos.
Para marzo de 2022, la sonda se acercará aún más al Sol, después de pasar cerca de Venus y de la Tierra, cuya gravedad le permitirá volver a impulsarse hacia su órbita final, a 42 millones de kilómetros de la estrella.