El Ministerio de Salud de Mongolia confirmó este miércoles la muerte de un residente de la provincia de Hovd, en el oeste del país, infectado con peste bubónica.
El hombre, de 42 años de edad, fue hallado junto a dos marmotas muertas que había comprado poco antes de su fallecimiento, indicó Dorj Narangerel, jefe del Departamento de Relaciones Públicas y Vigilancia del organismo, citado por medios internacionales.
Autoridades mongolas llamaron a los ciudadanos a no cazar esos animales y a no consumir su carne para evitar contraer la enfermedad.
Desde principios de año, Mongolia ha informado sobre 12 casos sospechosos de peste bubónica, de los cuales cuatro fueron confirmados por pruebas de laboratorio.
El Centro Nacional de Enfermedades Zoonóticas advirtió, además, que 17 de las 21 provincias del país corren el riesgo de ser afectadas, encendiendo las alarmas sobre un posible brote.
Mongolia registró su primera muerte por peste bubónica el pasado 14 de julio. Se trató de un adolescente de 15 años de edad, quien contrajo la enfermedad después de comer un platillo elaborado con carne de marmota.
“La muerte negra”
La bacteria Yersinia pestis, causante de la peste bubónica, puede transmitirse al hombre a través de pulgas que hayan mordido a un roedor infectada.
La enfermedad es rara y muy contagiosa, pero puede ser tratada y curada por completo si el paciente recibe tratamiento médico a tiempo.
En el siglo XIV, a la peste se le daba el nombre de “muerte negra”, y acabó con la vida de más de un tercio de la población europea.
El síntoma más conocido es la aparición de los llamados “bubones”, ganglios linfáticos infectados, agrandados y dolorosos, ubicados comúnmente en las axilas, el cuello, el fémur y la ingle.
Si no es tratada apropiadamente, la enfermedad puede provocar la muerte de la persona infectada en menos de 24 horas.