La sagrada cuna del Niño Jesús no se encuentra en Belén. Esta aclaración es importante, porque muchos creen que en esa ciudad podrán encontrarla.
En realidad, la cuna se encuentra en Roma en la Basílica Santa María la Mayor. Según la tradición, la sagrada cuna se conserva en una reliquia en dicha basílica. Esta ha sido objeto de oración y devoción durante siglos.
Son los restos del “cunabulum”, de la “sagrada cuna”, del pesebre en el que, según los Evangelios, el Niño Jesús fue colocado recién nacido.
En el año 432 d.C. el Papa Sixto III decidió realizar al interior de la Basílica de Santa María la Mayor una “gruta de la Natividad” similar a Belén. La Basílica tomó entonces el nombre de “Santa Maria adpraesepem”. En latín significa “pesebre”.
Todo esto fue objeto de una devoción popular que empujó a muchos fieles, que regresaban de las peregrinaciones a Tierra Santa, a llevar como regalo los que eran considerado los valiosos fragmentos de la madera del famoso pesebre que acogió al Niño Jesús. Aún, hoy está guardado en un relicario con el nombre de la sagrada cuna (cunabulum).
En Santa María la Mayor también se conserva otra reliquia relacionada con el pesebre: el “panniculum”. Se trata de un pequeño trozo de tela, del tamaño de una mano. Este fue guardado en un estuche donado por Pío IX. Según la tradición, una tira de las telas con las que María envolvió el Niño Jesús.
¿Por qué se viste al Niño Dios en Año Nuevo?
La tradición viene desde la época de la Colonia y se realiza a modo de ofrenda, para pedir abrigo en el nuevo año.
“Por eso es que hay varios colores. Y es un vestido, ya que proviene del faldón largo que se le colocaba a niños y niñas en el sacramento del Bautismo”, indicó anteriormente el cronista Miguel Álvarez Arévalo.