El medio Washington Examiner publicó un artículo en el que indica que presidente Alejandro Giammattei aseguró que ya había decidido pedirle a la Agencia de los EE. UU. para el Desarrollo Internacional (USAID) que se vaya Guatemala por su promoción del indigenismo. Según añade, el mandatario guatemalteco afirma que la administración de Biden está tratando de introducir en el país una versión del multiculturalismo que la administración y sus aliados nacionales impulsan en los EE. UU.
“Eso es lo que se conoce como ‘indigenismo’, un nacionalismo que prioriza a las civilizaciones sobre el estado-nación del mismo modo que la teoría racial crítica exalta la categoría racial en los EE. UU.”, cita el medio a Giammattei.
A su vez, Giammattei habría acusado al embajador estadounidense en Guatemala, William Popp, “de reunirse con líderes indígenas” para planear derrocarlo. “Quieren derrocar a mi gobierno”, detalla el medio.
Aunque la secretaría de comunicación social de la Presidencia confirmó que la reunión tuvo lugar en Casa Presidencial y que en la misma se abordó como punto central de agenda, una serie de acciones por medio de las cuales se ha violentado la convención de Viena en Guatemala, mismas que han sido dadas a conocer oportunamente y por medio de los canales correspondientes, el Ministerio de Relaciones Exteriores evitó pronunciarse al respecto.
“La Cancillería no va a emitir ningún comentario al respecto”, agregó.
¿Expulsión de USAID?
Una revisión de los programas de USAID confirma que la agencia se está orientando en gran medida a trabajar con grupos indígenas y otros grupos activistas de izquierda y organizaciones no gubernamentales que, según nos dicen los líderes empresariales, hacen poco para promover, si no directamente interfieren, el crecimiento y la inversión extranjera directa en Guatemala, se detalla en el referido artículo.
Por su parte, USAID anunció este viernes, 27 de mayo, que su Centro de Igualdad de Género y Empoderamiento de la Mujer darà $5 millones en fondos para premios y asistencia técnica a nueve ganadores del Desafío Mujer Próspera, un proyecto regional para promover la igualdad de género en El Salvador, Guatemala y Honduras a través de la seguridad económica, el empleo y el espíritu empresarial de las mujeres. Este desafío promueve la estrategia de la administración Biden-Harris para abordar las causas profundas de la migración irregular desde Centroamérica.