La entrada en vigor el pasado jueves en Afganistán de la “Ley para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio” marca la consolidación definitiva de la política de discriminación sistemática emprendida por el régimen talibán contra las mujeres desde su regreso al poder hace tres años.
Esta ley, basada en la decisión del líder supremo talibán, el mulá Hibatulá Ajundzada, en 2022, impone una serie de restricciones que agravan la situación de las mujeres afganas, quienes ya enfrentaban la prohibición de la educación secundaria, el acceso a la universidad y limitaciones para trabajar en el ámbito humanitario.
El texto legal, que consta de un preámbulo, cuatro capítulos y 35 artículos, declara la voz de la mujer como “awrah” (una parte íntima), permitiendo que solo sea escuchada “en casos de necesidad”. Las mujeres tendrán prohibido alzar la voz, escuchar música cantada por mujeres, usar transporte público sin un guardián masculino, participar en juegos o actividades recreativas, y adoptar peinados occidentales.
La Policía Moral talibán, conocida como los Muhtasib, tendrá la autoridad para detener a cualquier mujer que infrinja estos artículos por un máximo de tres días sin presentar cargos. Estas restricciones se aplicarán en todo el país, incluyendo a los extranjeros residentes en Afganistán.
El gobierno Taliban de Afganistán ha prohibido a las mujeres hablar. Ahora es un delito el sonido de su voz.
El feminismo “silencioso” no existe. Las mujeres feministas debemos gritar hasta que las mujeres que pueden perder la vida por hablar puedan alza la voz. pic.twitter.com/GJRFiXDQKf
— Maricruz Ocampo (@mcruzocampo) August 24, 2024
Más detalles de la “ley del silencio” en Afganistán
Además, la ley impone restricciones a los hombres, prohibiéndoles usar ropa que revele “bultos” en su cuerpo, incluidas las rodillas, y recortarse la barba por debajo de la longitud de un puño. El artículo 22 prohíbe el almacenamiento de “imágenes de seres vivos” en dispositivos electrónicos, con el objetivo de impedir la difusión de imágenes de protestas.
Las minorías religiosas también están afectadas, con la prohibición del Nowruz, el año nuevo persa, una festividad de 3.500 años de antigüedad.
Organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch, así como la enviada especial de Estados Unidos, Rina Amiri, han denunciado la nueva ley, que refuerza las políticas extremas que los talibanes impusieron en la década de 1990. Amiri ha señalado que es esencial que la comunidad internacional mantenga su postura y no normalice las relaciones con los talibanes sin una mejora significativa en los derechos humanos.
🇦🇫 La última prohibición del gobierno talibán en Afganistán es que la voz de la mujer no se podrá escuchar en público. Las afganas no podrán hablar ni leer. Así lo estipula la nueva ley de la virtud y contra el vicio impulsada por el gobierno del país. pic.twitter.com/4C0GNw27BL
— Aragón Noticias (@AragonNoticias_) August 23, 2024
Las perspectivas son desoladoras: Human Rights Watch advierte que los talibanes han creado “la crisis de derechos de las mujeres más grave del mundo” desde su regreso al poder en agosto de 2021. El relator especial de la ONU sobre Afganistán, Richard Bennett, quien tiene prohibido el ingreso al país, ha descrito la situación como “un sistema institucionalizado de discriminación, segregación y exclusión de mujeres y niñas”.
Samira Hamidi, de Amnistía Internacional, subraya que la falta de acción global para abordar la crisis de derechos humanos en Afganistán es una “vergüenza para el mundo entero”.