Los Simpson sorprendieron a su audiencia con un capítulo especial de la temporada 36 que parecía ser el cierre definitivo de la serie.
Este episodio, titulado El cumpleaños de Bart, fue anunciado como el “final de la serie” y presentado al estilo de una gala televisiva, con Conan O’Brien como anfitrión.
La noticia tomó desprevenidos a los espectadores, quienes inicialmente creyeron que estaban viendo el último capítulo.
Sin embargo, lo que parecía ser el final era, en realidad, una parodia cuidadosamente planeada.
La promesa de un final después de más de 600 episodios generó una mezcla de nostalgia y escepticismo entre los espectadores.
Todos disfrutaron de escenas que se burlaban de los clichés de los finales de serie: desde la muerte del Sr. Burns hasta el cierre del bar de Moe.
Este evento, que se ha convertido en el tema de conversación en redes y foros especializados, estuvo plagado de ironía y humor, característica de la serie creada por Matt Groening.
Detalles del episodio
La atmósfera de despedida se estableció con la aparición animada de Conan O’Brien, quien en la vida real fue uno de los escritores de la serie en sus primeras temporadas.
O’Brien comienza su monólogo anunciando que es “un honor” estar presente para el final de Los Simpson.
Acto seguido, explica que Fox, la cadena que emite la serie, decidió ponerle fin. La solemnidad de sus palabras se rompió con una dosis de humor fiel a su estilo.
Él bromeó con el hecho de que había presentado el último episodio de tres de sus propios programas, un guiño a su larga carrera en televisión.
Además, sumó una anécdota personal, mencionando que dejó un suéter en la sala de guionistas en 1993 y esta “despedida” fue la única manera de recuperarlo.
Este “final” se reveló como un truco ingenioso creado utilizando inteligencia artificial, una técnica que intentó explorar cómo podrían concluir las historias de los personajes de Springfield.
El giro maestro llegó cuando Bart, al cumplir 11 años, se negó a aceptar su nueva edad, rompiendo la ilusión de un final definitivo y recordando a los espectadores que en el mundo de “Los Simpson”, el tiempo y el cambio son conceptos flexibles.