El alemán Jürgen Klopp, reconocido por su éxito al mando de equipos como el Borussia Dortmund y el Liverpool, dejó claras sus intenciones de no regresar a los banquillos en el futuro cercano. Presentado este martes en Salzburgo como "director global de fútbol de Red Bull", Klopp inicia una etapa completamente distinta en su carrera, enfocándose en el asesoramiento estratégico dentro del conglomerado futbolístico respaldado por la famosa marca de bebidas energéticas.
A sus 57 años, Klopp explicó que su nuevo rol estará enfocado en guiar y asesorar a los entrenadores y directores deportivos de los diversos clubes que forman parte del grupo Red Bull, entre ellos el RB Leipzig en Alemania, el Red Bull Salzburgo en Austria y el New York Red Bulls en Estados Unidos. Además, la marca cuenta con presencia en Brasil, Japón y Francia.
VÍDEO | Jürgen Klopp: "No voy a reemplazar a ningún entrenador de un club de Red Bull" pic.twitter.com/ChO5sbHkAV
— EFE Deportes (@EFEdeportes) January 14, 2025
El nuevo rol de Klopp
"Quiero aportar un verdadero valor, y en las últimas semanas me di cuenta de que puedo hacerlo", expresó Klopp. Sin embargo, fue enfático al señalar que no asumirá funciones técnicas en ningún equipo del conglomerado. "No voy a entrenar a ningún club de Red Bull. Esto está claro. Espero que podamos construir una estructura en la que esa pregunta ni siquiera llegue a plantearse".
Tras una década al frente del Liverpool, donde conquistó títulos como la Liga de Campeones en 2019 y la Premier League en 2020, Klopp asegura que este cambio de dirección es ideal para él. "Después de mil partidos y conferencias de prensa, quería algo nuevo. Este es un rol diferente que me permite desligarme del día a día y centrarme en influir positivamente en la cultura futbolística del grupo".
El alemán se describió como un "consejero", subrayando que su labor será apoyar decisiones clave dentro del grupo y contribuir al desarrollo de una identidad futbolística clara y consistente.
La decisión de Klopp de unirse a Red Bull no ha estado exenta de críticas, especialmente en su país natal, Alemania, donde muchos aficionados cuestionan las prácticas del conglomerado por adquirir clubes y transformarlos mediante fuertes inversiones económicas. Sin embargo, Klopp defendió su postura, destacando la pasión y el compromiso de los aficionados en los distintos estadios que visitó, como el de Leipzig.
"El domingo estuve en Leipzig y vi a 42.000 personas en el estadio. Me pregunté: ¿Acaso no se merecen buen fútbol? Por supuesto que lo merecen", afirmó. Además, destacó que el fútbol puede ser un motor de identificación y unión para los aficionados en todo el mundo.
