El 14 de febrero, el papa Francisco fue ingresado en la Policlínica Gemelli de Roma debido a una bronquitis que se complicó con una infección polimicrobiana y neumonía en ambos pulmones. A sus 88 años, el pontífice enfrenta serios problemas de salud, que incluyen una crisis respiratoria asmática que ha requerido oxígeno prolongado. Además, un análisis de sangre realizado el 22 de febrero reveló una anemia y trombocitopenia, una disminución de las plaquetas en su torrente sanguíneo, lo que ha intensificado la preocupación sobre su estado.
En un comunicado oficial, el vocero de la Santa Sede, Matteo Bruni, informó que "el pronóstico del Pontífice es reservado", destacando que el estado de salud del Papa sigue siendo grave. El equipo médico que lo atiende precisó que, debido a los padecimientos crónicos y la edad avanzada del Papa Francisco, su situación es extremadamente delicada. Los médicos han recomendado que el Papa permanezca hospitalizado por al menos una semana más para continuar con su tratamiento.
El tradicional "Ángelus", que el Papa normalmente lidera cada domingo desde la Plaza de San Pedro, será transmitido en la Basílica, pero sin la presencia del Pontífice. Este gesto refleja la seriedad de la condición del Papa, quien no podrá leer el mensaje debido a su estado de salud.
El Vaticano y la especulación sobre una posible renuncia
Mientras tanto, los rumores sobre una posible renuncia del Papa Francisco han comenzado a circular con fuerza. La especulación se originó a raíz de una carta que el Papa Francisco escribió en 2013, en la que afirmaba que, en caso de un impedimento grave de salud, renunciaría al Pontificado. Esta carta fue entregada al cardenal Tarcisio Bertone poco después de la histórica dimisión de Benedicto XVI, quien renunció al papado debido a su mala salud, algo inédito en la historia reciente de la Iglesia.
Sin embargo, el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, instó a los medios de comunicación a tratar estos rumores con la máxima cautela, pidiendo que se respetara la situación delicada en la que se encuentra el Papa. A pesar de las especulaciones sobre un posible cónclave para elegir un nuevo Pontífice, la Santa Sede ha instado a los fieles y periodistas a ser prudentes y respetuosos en el manejo de la información sobre la salud del Papa Francisco.
Un mundo en vilo
El mundo católico observa con atención y preocupación el estado de salud de su líder espiritual. La comunidad global se une en oración por su pronta recuperación, mientras el Vaticano mantiene a la opinión pública informada con cautela. A medida que el Papa Francisco continúa luchando contra su enfermedad, los fieles permanecen esperanzados y pendientes de cualquier actualización sobre su condición, mientras la Iglesia atraviesa una de sus fases más inciertas en los últimos años.