Atentado en Sídney: Padre e Hijo Siguen Ideología Islámica
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Atentado en Sídney: padre e hijo se inspiraron en el Estado Islámico para perpetrar masacre

Los atacantes del tiroteo en Sídney, padre e hijo, se inspiraron en el Estado Islámico tras un viaje a Filipinas; el ataque dejó 15 muertos y numerosos heridos. Se investiga su radicalización.

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Homenaje a víctimas de atentado en Australia, EFE
Homenaje a víctimas de atentado en Australia / FOTO: EFE

Australia vive días de duelo e incertidumbre tras el atentado en la playa de Bondi, Sídney, que dejó 15 muertos y decenas de heridos durante la celebración judía de Jánuca. El ataque, perpetrado por dos hombres armados que abrieron fuego sobre una multitud de aproximadamente mil personas, ha sacudido al país y reaviva el debate sobre la seguridad y la radicalización.

Investigación apunta al Estado Islámico como inspiración

Las autoridades concluyeron que los dos atacantes, padre e hijo, se inspiraron en la ideología del Estado Islámico. Dos días después, la Policía Federal Australiana informó que ambos habían viajado en noviembre a Filipinas, donde células yihadistas siguen activas. Regresaron a Sídney apenas un mes antes de cometer la masacre antisemita, considerada el peor tiroteo masivo en Australia en las últimas tres décadas.

La policía local halló banderas rudimentarias y material propagandístico del Estado Islámico en su vehículo, además de artefactos explosivos improvisados. Las fuerzas de seguridad australianas, aunque mantenían información previa sobre uno de los atacantes, no los consideraban amenazas inminentes, lo que generó cuestionamientos sobre los actuales protocolos de seguimiento a potenciales radicalizados.

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Homenaje a víctimas de atentado en Australia - EFE

Detalles de los atacantes y recorrido previo al atentado

Sajid Akram, de 50 años, y su hijo Naveed Akram, de 24, han sido señalados como los responsables del ataque. Sajid llegó desde Pakistán a Australia en 1998 y poseía licencia para seis armas, mientras que su hijo nació en el país. Ambos viajaron a Filipinas a inicios de noviembre, permaneciendo en la ciudad de Dávao —considerada un enclave estratégico para grupos vinculados al yihadismo— antes de volver vía Manila a Sídney a finales de ese mes. Fuentes de seguridad australiana consideran que pudieron haber recibido allí entrenamiento militar, aunque la investigación oficial mantiene abierta esta línea.

El operativo policial durante el ataque dejó muerto a Sajid, mientras que Naveed resultó gravemente herido por disparos y permanece hospitalizado bajo custodia.

Víctimas y la conmoción nacional

La tragedia dejó 15 fallecidos, incluidas figuras emblemáticas como una niña de 10 años, un rabino británico y un sobreviviente del Holocausto. Entre las víctimas identificadas se encuentran Matilda, la menor de edad, el rabino Eli Schlanger, y Alex Kleytman, asistente a la celebración junto a varios familiares. La comunidad judía australiana, que representa el 0,55% de la población total, se ha congregado en la playa para rendir homenaje entre lágrimas, flores y peluches.

Las autoridades reportan que aún hay más de veinte personas hospitalizadas, varias en estado crítico —incluidos dos policías— luego de recibir disparos durante el tiroteo.

Un "héroe" en medio de la tragedia

La figura de Ahmed al Ahmed ha cobrado notoriedad nacional tras arrebatar el arma a uno de los atacantes y evitar más víctimas. Este comerciante de origen sirio, musulmán y residente en Australia, fue baleado en al menos cuatro ocasiones durante su acción heroica. El primer ministro Anthony Albanese lo visitó en el hospital, reconociendo públicamente su valentía y anunciando que deberá ser sometido a nuevas cirugías.

El ataque causó un profundo impacto social y revivió temores sobre la seguridad de la comunidad judía. Las autoridades australianas han prometido endurecer aún más la legislación de armas, sumando este episodio al endurecimiento previo tras la masacre de Port Arthur en 1996. El primer ministro Albanese y líderes internacionales han expresado apoyo y solidaridad, mientras la comunidad judía exige medidas de protección adicionales.

Las repercusiones también alcanzaron al plano diplomático: el gobierno israelí reclamó a Australia por políticas recientes y recordó la vulnerabilidad de las minorías frente a amenazas crecientes.

  • El número de víctimas convierte el atentado en el peor desde hace 30 años en Australia.
  • Los atacantes tenían antecedentes de sospecha, pero las medidas de control no impidieron la tragedia.
  • Filipinas se investiga como posible centro de radicalización y entrenamiento yihadista.

La playa de Bondi, símbolo de vida y convivencia, permanece casi vacía, mientras miles despiden a las víctimas y Australia debate su futuro en materia de seguridad y convivencia multicultural.

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