Centroamérica y el Caribe siguen siendo zonas clave para el tránsito de la droga de las redes delictivas que, además de propiciar el consumo indebido entre la población, causan desforestación comprando tierras para actividades de blanqueo de dinero, resaltó hoy en Viena la ONU.
En su informe anual, la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), un órgano autónomo del sistema de Naciones Unidas, recuerda que la región desempeña un papel “importante” para la “reexpedición de las drogas ilícitas” proveniente de Sudamérica y destinada al mercado negro de Norteamérica y Europa.
Droga por Centroamérica
Se calcula que en 2015 el 76 por ciento de la cocaína salida de América del Sur -sobre todo de Colombia y Perú- “atravesó el Pacífico oriental, mayormente en barcos o embarcaciones semisumergibles, y entró en Centroamérica o México antes de ser transportada por tierra a Estados Unidos”, señala el documento.
Los datos oficiales de incautación, de un volumen total en torno a las 86 toneladas, apuntan a que el tráfico de cocaína en Centroamérica y el Caribe se mantuvo relativamente estable en los últimos años.
Más droga confiscada
Eso sí, en varios países, como Panamá, El Salvador o Guatemala, se registró un aumento de los volúmenes de droga confiscada.
La JIFE advierte de que el narcotráfico es responsable de “entre el 15 por ciento y el 30 por ciento (entre 1.500 y 3.000 hectáreas) de la pérdida de bosques en Guatemala, Honduras y Nicaragua” en el último decenio, una pérdida que en gran parte afecta zonas protegidas.
Sobre todo la compra de terrenos para la tala ilegal y la ganadería con el fin de blanquear el dinero de la droga está vinculada a buena parte de la deforestación en toda la región, resalta el documento al recordar el resultado de un estudio de la ONU publicado en 2017.