Era la 1 de la madrugada de ese domingo cuando los jugadores de Malacateco emprendieron el viaje desde esa localidad hasta la ciudad capital en donde debían enfrentar a Municipal en el Estadio El Trébol.
El bus recorrió los 301 kilómetros de distancia y llegaron al hotel Villa Española a las 7 de la mañana (6 horas de viaje) ubicado en la zona 4 de la capital en donde desayunaron tras el largo y cansado viaje. Después descansaron un momento en la sala de espera de ese hotel para luego dirigirse a la sede del encuentro. Llegaron a eso de las 10 de la mañana sin uniforme de viaje sino en traje particular porque tampoco lo tenían preparado los directivos.
Treinta minutos después hicieron el calentamiento y a las 11 horas saltaron al terreno de juego. A las 11 con 5 minutos ya estaban ganando con un gol del mexicano Luis Angel Landín, pero el cuadro capitalino le dio la vuelta al marcador y al culminar la primera parte los occidentales perdían 2-1.
A las 12: 10 minutos del mediodía los escarlatas marcaron el 3-1 y todo parecía sentenciado. Pero en los siguientes 20 minutos otra vez Landín y un doblete de Juan José Valenzuela le dieron la voltereta al marcador. Ganaron 3-4.
El árbitro pitó el final y los jugadores se abrazaron. Tomaron el bus de regreso a casa. Pasaron a almorzar y arribaron a Malacatán a eso de las 10 de la noche de ese mismo domingo. Llevaban los 3 puntos y una travesía casi heroica.
Los directivos no se han pronunciado del porqué decidieron someter a los jugadores a tal desgaste.