Un perro es importante para la persona que decide tenerlo, pues es un compañero fiel con el que se comparte desde un paseo por el parque hasta una noche de películas; la conexión es tanta en algunos casos que, en gran parte de estos, se pone por encima al animal que a cualquiera otra relación humana.
Un estudio realizado por la empresa Wag! comprobó esta teoría, ya que quienes tienen a un can afirmaron que “estarían dispuestos a romper una relación amorosa o no involucrarse con una persona” que no sienta afecto por su amigo de cuatro patas. El porcentaje de quienes estarían dispuestos a romper la relación es alto: el 86 por ciento tomaría la decisión porque su perro es más importante que cualquier situación amorosa, algo que Wag! afirma “no es una sorpresa”:
“No nos sorprende en Wag! que los ‘padres’ de un perro les den una gran importancia a las ‘opiniones de sus mascotas’ sobre otros humanos, y que esto juega un factor decisivo en sus vidas amorosas.”
Por su parte, la Universidad de Azabu (Japón) demostró que “la conexión entre un perro y su dueño es tan fuerte como la que existe entre padres e hijos”. Para comprobar esta teoría, se estudió a 30 perros y sus dueños, a quienes instalaron durante 30 minutos en una habitación. Los científicos se dieron cuenta de que el contacto visual entre el can y su dueño generó altos niveles de la conocida hormona del amor:
“La oxitocina no solo genera vínculos afectivos entre los humanos, sino también entre otras especies, concretamente, los perros. Cuando perro y dueño se miran, ambos muestran un aumento de la oxitocina.”