Una compañía de bicicletas eléctricas estaba presumiendo por todo lo alto su nuevo sistema a prueba de robos, pero en realidad debieron decir que es casi a prueba de robos.
La empresa VanMoof siempre se ha distinguido por su enfoque en la seguridad y había diseñado una de sus mejores creaciones, la bicicleta modelo S2. Este vehículo de dos ruedas tiene precio total de 3,000 dólares y se supone que no puede ser robado. Bueno, eso decían sus anuncios.
La S2 tiene un bloqueo oculto de rueda, una alarma sonora muy ruidosa y un sistema de luces que parpadean SOS en código morse. Una belleza super segura que además siempre está monitoreada en un sistema de localización GMS a través de una tarjeta SIM. Con razón es tan cara.
Confiando en la tecnología de su creación, VanMoof llamó a un experto en seguridad, que decidió permanecer anónimo, y lo retaron a que “se robara” un modelo de esta bicicleta eléctrica.
El experto aceptó el desafío y en un video mostró primero cómo funcionaba el sistema de seguridad de la S2 a prueba de robos. Mostró todas sus características de seguridad y luego, en menos de un minuto desactivó el sistema.
¿Cómo lo hizo? Muy simple: usando un desarmador común, quitó una placa del interior del tubo superior de la bicicleta y de ahí removió la tarjeta SIM. Puso de nuevo la placa en su lugar y se desactivó todo el sistema.
Después de que fuera publicado el video de cómo fácilmente habían burlado el sistema de su bicicleta de 3,000 dólares, la compañía VanMoof hizo un comunicado diciendo que la bicicleta había sido dañada. El experto contestó que ni el vehículo ni la tarjeta SIM habían sufrido daños.
Dando patadas de ahogado, la compañía al final dijo que ese modelo específico del video estaba defectuoso… sí, claro, “defectuoso”.