Con una crucial elección en Georgia, cuyo impacto será decisivo en los primeros años del nuevo gobierno demócrata, Estados Unidos define su equilibrio político.
La movilización está a la altura de lo que hay en juego, por lo que tanto el presidente electo, Joe Biden, como el mandatario saliente, Donald Trump, se desplazaron el lunes hasta este estado conservador para hacer campaña por sus respectivos candidatos al Senado de Estados Unidos.
Ese “estado puede cambiar el rumbo no sólo durante los próximos cuatro años, sino también para la próxima generación”, declaró Biden durante un mitin en Atlanta.
“El poder está en tus manos”, tuiteó después, dirigiéndose a los electores.
Ante sus simpatizantes, Trump, que aún no reconoce la derrota en los comicios de noviembre, advirtió que estas elecciones podrían ser “su última oportunidad de salvar al Estados Unidos”.
Los republicanos agitaron el fantasma de un gobierno “radical” hasta las últimas horas de la campaña, marcadas por el gran mitin de Trump.
Republicanos, favoritos
Los comicios se anunciaban, sin embargo, ajustados y los resultados podrían tardar días en conocerse.
Y si bien los dos candidatos republicanos, David Perdue y Kelly Loeffler, parten como favoritos, si sus rivales demócratas, Jon Ossoff y Raphael Warnock, sorprenden y los vencen, el partido de Biden tomaría el control del Senado, y a su llegada a la Casa Blanca, el futuro presidente contaría con la mayoría para aplicar su programa.
Perdue quedó cerca del 50 % frente a Ossoff en la primera vuelta. Y, pese a que Warnock se adelantó a Loeffler en la primera votación, esta podría beneficiarse de los apoyos de un rival republicano eliminado.
Los demócratas confían, no obstante, en ganar el Senado, impulsados por la estrecha victoria de Biden en Georgia el pasado 3 de noviembre, la primera del partido en ese estado desde 1992.
*Con información de AFP