El vicariato apostólico de Petén compartió el pasado 11 de febrero un comunicado oficial para emitir un pronunciamiento sobre el asesinato de Sharon Jasmine Figueroa Arriaza, de ocho años, ocurrido en el barrio La Ceibita, Melchor de Mencos, la semana pasada.
El documento inicia con la cita bíblica San Mateo: 18, 5-6 que dice lo siguiente:
“El que recibe a un niño en mi nombre, a mí me recibe. Pero al que le hace daño a un niño, más le vale que le cuelguen al cuello una piedra de molino, y lo hundan en lo más profundo del mar”.
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Muerte de Sharon Figueroa
“Con mucha tristeza y con mucho dolor, nuevamente -como Iglesia Católica de Petén- no podemos quedarnos ni indiferentes ni callados, ante la violencia que golpea y enluta a nuestro querido Petén”, indica la misiva.
Por otro lado, el texto, que es firmado por el obispo Mario Fiandri, vicario apostólico, asegura que la inseguridad, violencia y muerte en Petén “se han vuelto como ‘nuestro pan de cada día’, como un problema permanente y preocupante”.
“¡Qué triste contradicción: somos ‘pobres’ (entre los más pobres) en desarrollo humano integral; pero, ‘ricos’ en violencia y muerte!”, asevera el religioso.
Además, indica que con la muerte de Sharon Jasmine “se muere el mundo entero, se muere Guatemala, se muere Petén, nos morimos todos”, haciendo una analogía del refrán judío: “Un niño es el mundo entero”.
Finalmente, se comparte lo siguiente ante esta tragedia:
- Compartimos el sufrimiento y las lágrimas de la familia, a la cual acompañamos con
nuestra participación y cercanía, y con nuestra oración fraterna. - Manifestamos nuestra indignación, nuestro profundo horror y rechazo por esta muerte
inhumana y absurda, de una niña inocente y feliz, porque sobre todo los niños tienen
derecho a la vida y a una vida plena y bella. - Expresamos que esta muerte violenta -sobre todo por ser la muerte de una niña- es el
síntoma de que el cáncer de la violencia está destruyendo nuestra sociedad guatemalteca,
porque está destruyendo hasta los valores más sagrados y más queridos, como es la niñez. - Pedimos que las autoridades investiguen y aclaren exhaustivamente los hechos para
llegar a la aplicación correcta de la justicia. - Proponemos que ante esta violencia desatada, tan compleja y con tantos actores y
causas, no se busquen soluciones inmediatistas o populistas (por ejemplo: la pena de
muerte, que va en contra de la enseñanza de la Iglesia Católica), sino que se toquen las
raíces estructurales y profundas que tienen a Petén en esta situación tan difícil. - Reafirmamos nuestra elección decidida y absoluta a favor de la vida, sobre todo de los
niños y de los más indefensos; a favor de la dignidad de cada persona (hecha a imagen y
semejanza de Dios) y a favor del bien común del Pueblo Petenero. - Invitamos en especial a los fieles católicos a tener fe que -en Cristo Resucitado- el bien
triunfará sobre el mal, a orar en familia, y a llevar nuestra vida según los valores del
evangelio, con honestidad y solidaridad, para construir juntos una nueva sociedad.
* Con información de vicariato apostólico de Petén.
