El Gobierno de EE. UU. advirtió este viernes, un día después del sangriento ataque que dejó decenas de víctimas en Kabul, que persiste la amenaza de atentados en la capital de Afganistán, mientras continúan las tareas de evacuación de casi de 5 mil personas.
Las operaciones de salida de extranjeros y afganos se reanudaron en el aeródromo, solo 24 horas después del atentado, pero varios países, entre ellos España, Italia, Noruega o Suiza, anunciaron que ya acabaron con las mismas. Gran Bretaña dijo que hará lo propio “en pocas horas”.
EE. UU. asume así prácticamente en solitario la tensa misión de concluir la mayor operación de evacuación de la historia, de aquí al 31 de agosto, fecha elegida por el presidente Joe Biden para cerrar 20 años de presencia militar en el país.
“Todavía creemos que hay amenazas específicas y creíbles”, indicó el portavoz del Departamento de Defensa estadounidense, John Kirby. A pesar de todo, EE. UU. cree que podrá sacar a gente “hasta el último momento”.
Dentro del aeropuerto hay 5 mil 400 personas, precisó el Pentágono.
MG Taylor offers an update on yesterday’s attack at the Abbey Gate. pic.twitter.com/LLRlehWEkS
— Department of Defense 🇺🇸 (@DeptofDefense) August 27, 2021
En las últimas 24 horas, a pesar del ataque, se logró evacuar a 12 mil 500 personas en un total de 89 vuelos estadounidenses y de la coalición internacional.
Una explosión
El Pentágono reveló también que solo hubo un atacante suicida en el atentado del jueves, que calificó de “complejo”, y que no hubo dos explosiones separadas, como se creyó inicialmente.
A los más de 70 afganos muertos se suman, además, 13 militares estadounidenses fallecidos y otros 18 heridos, la mayor pérdida del ejército estadounidense en Afganistán desde 2011.
En el peor momento desde el inicio de su mandato, un conmovido Biden prometió “perseguir” a los autores del ataque y hacerles “pagar”sus consecuencias.
“EE. UU. no se dejará intimidar”, dijo el mandatario.
Los talibanes, a través de su portavoz, Zabihullah Mujahid, condenaron “firmemente” el ataque, y aunque se desligaron del mismo, recordaron que “tuvo lugar en una zona donde las fuerzas estadounidenses son responsables de la seguridad”.
Posteriormente, el Estado Islámico reivindicó la masacre.
Este viernes, una extraña calma reinaba en Kabul, sobre todo alrededor del aeropuerto, donde los talibanes habían reforzado sus controles y la multitud había desaparecido en algunos puntos.
*Con información de AFP