Huehuetenango es un departamento sorprendente por su gran cantidad de bellezas naturales. La laguna Magdalena es una de ellas, con su agua azul y turquesa, cascadas, riachuelos y bosques; es un lugar especial, digno de ser identificado como un paraíso escondido.
Se encuentra en Chiantla, aproximadamente a 40 kilómetros de la cabecera municipal y a 3 mil metros sobre el nivel del mar por lo que su clima es predominantemente frío, brumoso y con una pequeña brisa al anochecer y en la madrugada.
Las vistas espectaculares comienzan con el ascenso a Los Cuchumatanes, donde está enclavado el paraje. Al alcanzar la cima, se recorren aún 4 kilómetros de terracería por la ruta que conduce a Todos Santos Cuchumatán.
Después se toma un desvío, para seguir el trayecto final de 19 kilómetros, el cual se puede realizar a pie, a caballo, en bicicleta de montaña o en vehículo todo terreno, hasta llegar a la comunidad Pepajau Magdalena, área de conservación que posee este atractivo turístico.
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Cuenta con un centro para la recepción de visitantes, donde los viajeros se alojan en cabañas acogedoras. Los albergues están ubicados en el ingreso al parque, que es administrado por las familias del sector, que lo hacen un destino muy seguro.
Para apreciar al máximo esta reserva natural, se recomienda caminar por sus alrededores, a la vera de pequeños afluentes, que forman estancos de color verde jade con pequeñas cascadas, paisaje por el cual este recinto es también conocido como “el segundo Semuc Champey”.
El recorrido, que dura hasta una hora y media, brinda para su apreciación gran cantidad de especies de aves, rebaños de ovejas y flora característica de la localidad.
La geografía se presta para practicar escalada y ciclismo de montaña, pues la integran formaciones rocosas de tamaño medio.
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El final del paseo lo marca la majestuosa catarata, de no menos de 50 metros, del río Magdalena, que vierte su cauce en el recurso hídrico al cual brinda su nombre.
En los alrededores se encuentra una concentración de agua más pequeña, la laguna Encantada, y la cueva de Los Panes, llamada así porque la integran dos peñas con forma de horno.
Se debe ir preparado con líquidos y alimentos, pues el sitio solo cuenta con una pequeña tienda a su ingreso, donde se expenden artículos de consumo básico.
Asimismo con calzado especial para montañismo y ropa abrigadora impermeable. Si visita el sitio desde la capital conviene disponer de 2 a 3 días para el viaje.