Una impactante escena quedó registrada en video en medio de una boda en Uzbekistán, donde, aparentemente después de la ceremonia y a solo minutos de haberse casado, el hombre golpeó violentamente a su esposa.
Según los informes, como publicó el diario británico Mirror, el incidente ocurrió cuando la pareja estaba en el escenario de su fiesta y el animador los hizo participar en una competencia. De acuerdo con el registro, la novia parece ganar en el juego al levantar un brazo como señal de que completó el objetivo, mientras una mujer a su lado comienza a aplaudir.
El video de la agresión
Sin embargo, el hombre, aparentemente derrotado por su esposa en la competencia, también levanta su brazo después que ella para demostrar que terminó la tarea. El novio parece procesar el hecho de que perdió en el juego y al mirar a su esposa le dio un fuerte golpe en la cabeza. De inmediato se ve que la recién casada es auxiliada por otras mujeres, mientras el hombre se mantiene impávido ante su cometido.
De acuerdo con la publicación del medio británico, se desconoce qué sucedió después de la filmación, registro que se ha vuelto viral en las redes sociales de Asia central. En Uzbekistán las agencias tampoco informaron sobre la aplicación de la ley frente a este hecho.
In Uzbekistan, groom hit the bride right at the wedding in front if guests, relatives, families from both sides. Noone stopped him, noone to defend her.
Footage shows the couple participated in game, after which he hit her.
We need an @WomanTreaty urgently pic.twitter.com/rgjtc4qM2W— Leila Nazgul Seiitbek💙💛🇰🇬🌻 (@l_seiitbek) June 12, 2022
Un tercio de las mujeres del planeta es víctima de violencia física o sexual, generalmente desde que es muy joven, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y ONU Mujeres.
Según esas agencias de las Naciones Unidas, 736 millones de mujeres han sufrido este flagelo a manos de una pareja o por otras personas y una de cada cuatro jóvenes de entre 15 y 24 años que ha tenido alguna relación íntima lo habrá padecido al llegar a los 25.
Lo más alarmante es que el fenómeno no ha retrocedido en los últimos diez años y, peor aún, que se ha exacerbado durante los confinamientos ordenados por la pandemia de Covid-19.