El juego entre Inglaterra e Irán, por el grupo B del Mundial de Qatar tuvo incidencias que no pasaron desapercibidas, sobre todo, porque el equipo iraní se ha dividido a raíz de las protestas sin precedentes que vive el país y la violenta respuesta del régimen. De hecho, los jugadores iraníes decidieron no entonar su propio himno, mientras que su rival de turno tuvo un gesto peculiar que acaparó la atención.
Mientras los jugadores de Irán mostraron su rechazo al régimen de su país, los ingleses se arrodillaron previo al inicio del partido. Guiados por su estrella Harry Kane, los seleccionados se hincaron, además, portaron en el brazo un brazalete con un mensaje en contra de la discriminación. Ya habían advertido que se arrodillarán en cada juego como gesto contra el racismo.
#EUMundial | Los futbolistas ingleses se arrodillaron previo al inicio del partido como medida de protesta
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— Emisoras Unidas Deportes (@EUDeportes) November 21, 2022
Los jugadores han repetido este gesto como una forma de protesta contra el racismo, luego del asesinado del estadounidense George Floyd en 2020 a manos del policía Dereck Chauvin.
Iraníes protestan en juego ante Inglaterra
Los seleccionados de Irán también habían advertido la forma en la que protestarían durante el Mundial. El capitán del equipo, Alireza Jahanbakhsh, había declarado que el vestuario decidiría “colectivamente” si cantar o no el himno como señal de apoyo a las manifestaciones que sacuden Irán desde hace dos meses.
Los once jugadores se mantuvieron rectos, impasibles y con rostro neutro mientras su himno resonaba en el Estadio Internacional Khalifa.
Irán está sumido en una oleada de protestas desde el fallecimiento el 16 de septiembre de Mahsa Amini, una kurda iraní de 22 años detenida por violar el estricto código de vestimenta que obliga a las mujeres a llevar el velo en público.
La propia selección iraní ya había rechazado cantar el himno durante la previa de un amistoso de preparación en Austria contra Senegal (1-1) el pasado 27 de septiembre.
Ataviados entonces con una chaqueta negra que ocultaba el escudo nacional, los jugadores se mantuvieron en silencio, la mayoría de ellos con la cabeza agachada.
