El legendario exfutbolista brasileño Romário de Souza Faria ha dado un paso sorprendente en su carrera al aceptar ser inscrito como jugador del América a sus 58 años. La noticia, anunciada por el mismo Romário a través de sus redes sociales, ha generado un gran revuelo en el mundo del fútbol y entre los aficionados, quienes están ansiosos por ver al campeón mundial de 1994 en acción una vez más.
Romário, quien es conocido por su impecable carrera como delantero en clubes como el Barcelona, PSV Eindhoven, Flamengo y Vasco da Gama, ha tomado esta decisión con el objetivo de cumplir un sueño personal: jugar profesionalmente junto a su hijo Romarinho, quien recientemente fue contratado como refuerzo por el América.
Romario aún tiene magia en sus botines
El exgoleador, considerado uno de los mejores futbolistas de la historia de Brasil, expresó su gratitud a través de las redes sociales, agradeciendo a Dios por el privilegio de poder compartir la cancha con su hijo. Esta oportunidad única surge en el marco de su nueva responsabilidad como presidente del América, cargo que asumió a principios de este año y que le permite tener un papel activo en el equipo.
Romário, quien ha mantenido su forma física gracias a los partidos informales que juega con amigos en la playa, tiene la intención de participar en algunos partidos del Campeonato Carioca de segunda división, que dará inicio en mayo. Aunque reconoce que no puede prometer goles en este momento de su carrera, el simple hecho de volver a vestir la camiseta y pisar el césped en un entorno profesional es un motivo de alegría y satisfacción para él.
El amor de Romário por el América se remonta a su infancia, influenciado por su padre, Edevair de Souza Faria. Este vínculo emocional lo llevó a aceptar el desafío de presidir el club, con el objetivo de contribuir al crecimiento y desarrollo de esta institución querida. Cabe destacar que su último partido como profesional fue en 2009, precisamente como jugador del América, cuando su padre le pidió que reforzara el equipo en un momento crucial de la competición.