El reciente tiroteo en un edificio de oficinas en Manhattan, Nueva York, ha conmocionado al país no solo por la violencia del ataque, sino también por las circunstancias que lo rodean. El autor, identificado como Shane Tamura, de 27 años y originario de Las Vegas, acabó con la vida de cuatro personas, incluido un agente de policía fuera de servicio, antes de suicidarse. Las autoridades hallaron una nota en su bolsillo en la que culpaba a la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL, por sus siglas en inglés) por su deteriorado estado mental, aludiendo a su padecimiento de encefalopatía traumática crónica (ETC), una enfermedad cerebral relacionada con los impactos repetitivos en la cabeza.
De acuerdo con las investigaciones preliminares, Tamura tenía la intención de atacar las oficinas centrales de la NFL, ubicadas en el edificio donde ocurrió el tiroteo. Sin embargo, por error terminó en el piso 33, donde abrió fuego contra varias personas antes de quitarse la vida. En su nota suicida, el atacante expresó su frustración contra la liga y pidió que su cerebro fuera examinado tras su muerte. "No puedes ir contra la NFL, te aplastarán", escribió Tamura, evidenciando un sentimiento de impotencia frente a una institución que, según él, ignoró las consecuencias del fútbol americano en la salud mental de sus jugadores.
Varios muertos en edificio de Nueva York
El tiroteo se desató alrededor de las 6:28 p.m., cuando Tamura descendió de un vehículo BMW portando un rifle M4 y entró al edificio de Park Avenue. Allí disparó contra varias personas, incluyendo un guardia de seguridad, una mujer en el vestíbulo y un policía fuera de servicio. Posteriormente subió al piso 33, donde mató a otra mujer antes de suicidarse. Según declaraciones de la comisionada Tisch, se trató de un "lobo solitario" y no existe una amenaza activa para la población.
El comisionado de la NFL, Roger Goodell, confirmó que uno de los empleados de la liga resultó gravemente herido en el tiroteo, aunque se encuentra en condición estable. Mientras tanto, las autoridades continúan investigando los detalles del ataque, incluyendo el historial de salud mental de Tamura, quien en su juventud había sido un talentoso jugador de fútbol americano en su escuela secundaria. Antiguos conocidos lo describieron como una persona amable, tranquila y apasionada por el deporte, lo que hace aún más desconcertante su accionar.
