El regreso de Neymar al Santos de Brasil estaba cargado de ilusión, pero en cuestión de semanas el sueño se ha transformado en pesadilla. El delantero brasileño vivió este domingo la peor derrota de su carrera, al caer 0-6 frente al Vasco da Gama en el estadio Morumbi, un resultado histórico que dejó en shock a los más de 53.000 aficionados presentes. El ídolo del club paulista, que fue titular y capitán durante los 90 minutos, no pudo ocultar su dolor al abandonar la cancha entre lágrimas y con la camiseta cubriéndole el rostro.
Tras el partido, Neymar no se guardó nada y envió un mensaje contundente a la afición. "Estoy totalmente decepcionado con nuestro juego. Ustedes tienen todo el derecho a protestar, pero sin violencia, aunque sí tienen derecho a insultar. Es un sentimiento de mucha vergüenza. Nunca había pasado por esto en mi vida", declaró el atacante, según la agencia EFE. Sus palabras reflejaron el desconcierto y la frustración de un futbolista acostumbrado a los escenarios más exigentes, pero no a una humillación de este calibre en casa.
Neymar no atraviesa su mejor momento con el Santos
La derrota no fue solo dolorosa en lo emocional, también lo fue en lo histórico. Es la primera vez que el Santos pierde por más de cuatro goles un partido de liga en su estadio, y la mayor goleada recibida ante el Vasco da Gama en casi 100 enfrentamientos. El contraste es aún más grande al considerar que el equipo carioca llegaba en zona de descenso y con apenas 18 goles en 17 jornadas; sin embargo, en solo 90 minutos desnudó todas las falencias del conjunto paulista y salió fortalecido en la tabla.
El resultado terminó por sentenciar el futuro de Cleber Xavier como entrenador del Santos, destituido tras sumar apenas seis triunfos en 18 partidos. Mientras tanto, Neymar afronta una situación inesperada: el equipo marcha en la posición 15, a solo dos puntos de la zona de descenso, muy lejos de las aspiraciones de títulos y protagonismo que el atacante imaginó en su regreso. La goleada, la más dura de su carrera, deja una herida difícil de sanar y abre interrogantes sobre el rumbo inmediato del Santos y de su máxima estrella.



