La reciente película Cónclave, dirigida por Edward Berger, ha generado controversia al presentar a un Papa intersexual, Inocencio XIV, como parte central de su trama. Aunque se trata de una obra de ficción basada en la novela de Robert Harris, la historia ha provocado preguntas reales.
¿Podría existir un Papa intersexual en la vida real? ¿Qué dice la Iglesia Católica al respecto?, son algunas de las interrogantes que han surgido. La intersexualidad es una condición médica en la que una persona nace con características biológicas que no se ajustan estrictamente a las definiciones típicas de masculino o femenino.
No es lo mismo que ser transgénero; las personas intersexuales pueden tener una anatomía reproductiva o cromosomas atípicos, pero no siempre se identifican como de otro género. Hasta el momento, no hay registros oficiales de que una persona intersexual haya ocupado cargos de alto rango en la jerarquía vaticana, y mucho menos el papado.
Aunque el Código de Derecho Canónico no contempla específicamente la intersexualidad como un impedimento para ser elegido Papa, la doctrina tradicional de la Iglesia podría presentar obstáculos significativos. En 2019, el Vaticano publicó el documento "Varón y mujer los creó", en el que expresó su rechazo a la llamada "ideología de género" y a las teorías que cuestionan la diferencia sexual natural entre hombres y mujeres.
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Más recientemente, en abril de 2024, la Santa Sede reafirmó su oposición a los cambios de sexo y a la redefinición del género, afirmando que estas prácticas "amenazan la dignidad singular recibida desde la concepción". Esto indica que, aunque la intersexualidad como condición biológica no es una elección de vida ni una ideología, su reconocimiento como tal podría chocar con la visión binaria de género que sostiene la Iglesia Católica.
En la práctica, cualquier persona candidata al papado es previamente evaluada no solo por su vida espiritual, sino también por su adecuación a las enseñanzas doctrinales.