Tras pocas votaciones, los 133 cardenales que desde el miércoles 7 de mayo se encerraron en la Capilla Sixtina, en El Vaticano, para el cónclave, alcanzaron un consenso, que fue confirmado por la fumata blanca que emanó de la chimenea instalada en el tejado de la capilla: Ya hay nuevo Papa.
Una vez comunicado el anuncio, prosiguió el repique de las seis campanas de la basílica de San Pedro. Miles de fieles, congregados en el lugar, esperaban el "Habemus Papam" en el balcón de la logia central de la basílica.
El nuevo Papa, el estadounidense Robert Prevost, quien eligió el nombre de León XIV, se presentó por primera vez ante los fieles y concedió a los presentes la bendición "Urbi et Orbi", una bendición especial que solo los pontífices pueden impartir y que se reserva al día de su elección, el domingo de Resurrección y a la fiesta de Navidad.
Ayuda para construir puentes de paz
El papa León XIV pidió ayuda a la gente para "construir puentes de paz" con el objetivo también de buscar la justicia e invitó a hacerlo sin miedo, y dirigió un "saludo de paz" en sus primeras palabras desde el balcón de la Plaza de San Pedro.
Tras su elección como nuevo pontífice, anunciada mediante a las 18:08 horas locales (10:08 horas de Guatemala), Prevost compareció poco más de una hora después ante miles de fieles concentrados en San Pedro.
Allí dijo que Dios ama a la humanidad "incondicionalmente" y animó a caminar "unidos, de la mano", con la premisa de que "el mal no prevalecerá". Emocionado al salir al balcón de San Pedro, León XIV añadió que la paz ha de ser "humilde y perseverante".
