El presidente de Estados Unidos (EE. UU.), Donald Trump, expresó este sábado su deseo de que los tribunales autoricen a su Gobierno a continuar con las expulsiones de migrantes, en medio de una creciente resistencia judicial a sus políticas migratorias. Durante la ceremonia de graduación de la Academia Militar de West Point, Trump reafirmó que su Administración ha restaurado la misión principal de las Fuerzas Armadas, que según él es proteger las fronteras del país contra "invasiones".
Nuestro país fue invadido durante los últimos cuatro años, y han permitido la entrada de personas que no deberían estar aquí", declaró Trump, insistiendo en que muchos inmigrantes que llegaron son "delincuentes" o "enfermos mentales". El mandatario agregó que su Gobierno está "sacando y trayendo de vuelta a sus lugares de origen" a esas personas.
En la misma línea, recordó que desplegó al Ejército en la frontera con México y otorgó a las Fuerzas Armadas control sobre el territorio federal fronterizo, lo que, aseguró, ha reducido prácticamente a cero los cruces ilegales.
Cortes frenan a Trump
No obstante, las cortes federales han frenado varias de las medidas migratorias de la Administración Trump. Por ejemplo, un juez del Distrito de Massachusetts ordenó recientemente al Gobierno facilitar el regreso a Estados Unidos de un hombre guatemalteco expulsado a México, pese a que ya contaba con protección humanitaria debido al riesgo que corría por su orientación sexual y la violencia sufrida.
Asimismo, otra corte en Massachusetts bloqueó la expulsión de ocho migrantes a Sudán del Sur, decisión que el Gobierno Trump ha desafiado al permitir el traslado de esas personas bajo custodia federal en Yibuti.
En un caso paralelo, una juez suspendió temporalmente la decisión del Departamento de Seguridad Nacional que paralizaba las matrículas de estudiantes extranjeros en la Universidad de Harvard.
El Gobierno acusa a la universidad de fomentar el antisemitismo por permitir protestas contra la campaña militar israelí en Gaza. Desde inicios de año, Harvard ha perdido fondos federales y su estatus fiscal por negarse a entregar datos de estudiantes que participaron en esas manifestaciones.



