El congresista republicano Buddy Carter ha nominado a Donald Trump para el Nobel de la Paz, argumentando que su contribución en el acuerdo de alto el fuego entre Israel e Irán ha sido "histórica y extraordinaria". Esta propuesta llega en un contexto donde el expresidente de Estados Unidos se ha vanagloriado recientemente de sus acciones en relación con Irán, país al que también ordenó bombardear en su mandato.
En su carta dirigida al Comité Noruego del Nobel, Carter destaca la "determinación" de Trump para "impedir que el mayor Estado patrocinador del terrorismo del mundo obtuviera el arma más letal del planeta". Para el congresista, la influencia de Trump fue clave para lograr un acuerdo "rápido que muchos creían imposible". Además, enfatiza que el expresidente ha ofrecido "un rayo de esperanza poco común" en una región caracterizada por la "animosidad histórica y volatilidad política".
El respaldo de otros republicanos
No es la primera vez que Trump figura en las menciones de algunos miembros del Partido Republicano para recibir el Nobel de la Paz. A inicios de este año, el representante de California Darrell Issa también propuso su candidatura, resaltando el "impacto asombrosamente efectivo" de su triunfo electoral en pro de la paz mundial.
Trump, por su parte, ha hecho uso de su red social Truth Social para compartir la nominación y expresar su orgullo por sus acciones recientes. En varias publicaciones, se ha jactado de haber "destruido" las instalaciones nucleares iraníes de Isfahán, Natanz y Fordo, afirmando: "Ha sido un gran honor para mí". Este tipo de declaraciones refuerzan su narrativa sobre logros en política internacional, un tema que sigue siendo polarizador en el ámbito partidario.
La nominación de Trump ha suscitado diversas reacciones entre los legisladores y analistas políticos. Mientras algunos republicanos celebran su enfoque ante el conflicto en el Medio Oriente, otros critican estas postulaciones, argumentando que no reflejan la realidad compleja de las relaciones internacionales y el conflicto en la región. Este tipo de propuestas también reavivan el debate sobre los criterios que realmente deberían considerarse para tal distinción como el Nobel de la Paz.
Históricamente, el Nobel de la Paz ha sido un reconocimiento de esfuerzos genuinos por la paz, aunque sus nominaciones a menudo generan controversia. Con la nominación de Trump, surge la pregunta sobre qué acciones o resultados concretos merecen ser considerados para este galardón. Las acciones del expresidente en su mandato, que incluyeron decisiones divisorios y polémicas, contrastan con el ideal de resolución pacífica de conflictos que la premiación busca resaltar.



