La bandera de Guatemala ondeó este sábado en medio de una marea humana de jóvenes reunidos en la explanada de Tor Vergata, a las afueras de Roma, durante el Jubileo de los Jóvenes presidido por el papa León XIV. El evento ha sido el más multitudinario de su joven pontificado y reunió a participantes de al menos 146 países.
El pontífice llegó en helicóptero a las 19:25 horas (hora local) y fue recibido con música en vivo por el grupo español Hakuna, mientras miles de banderas nacionales ondeaban al ritmo del entusiasmo colectivo. Entre ellas, destacó la azul y blanco de Guatemala, presente entre los fieles que viajaron hasta Italia para participar en este importante acto del Año Santo.
A su llegada, el papa recorrió en papamóvil la explanada saludando de cerca a los asistentes, en un ambiente marcado por la alegría, la diversidad cultural y el fervor espiritual. El escenario, el mismo que albergó la histórica Jornada Mundial de la Juventud del año 2000 con Juan Pablo II, volvió a convertirse en un símbolo de unidad entre pueblos.
Actividades por el Jubileo de los Jóvenes
El evento se enmarca dentro del Jubileo de los Jóvenes y continúa este domingo con una misa multitudinaria que León XIV oficiará en Tor Vergata. Este sábado por la noche, el papa presidía una vigilia de oración, en la que respondería a preguntas sobre la vida y la fe, antes de dar paso a una noche de convivencia, música y oración al aire libre.
Aunque el dato oficial aún no ha sido confirmado por el Vaticano, los organizadores ya estiman que el número de asistentes ronda el millón, lo que ha obligado a desplegar un amplio dispositivo de seguridad por parte de las autoridades romanas.
Delegaciones de toda Iberoamérica —incluida Guatemala— se hicieron presentes en el acto, llevando consigo símbolos nacionales, expresiones culturales y el deseo de vivir una experiencia espiritual colectiva. La bandera guatemalteca fue una de muchas que flamearon en este histórico encuentro, dando testimonio de la participación activa del país en un evento que busca renovar la fe de las nuevas generaciones.



