Fe, religión, historia. Eso es lo que se respira cada Jueves Santo cuando con las notas de la marcha ‘Una Lágrima’, del maestro Manuel Moraga Cospín, son elevadas las andas de Jesús Nazareno, Cristo Rey, y de la Virgen de Dolores, de la parroquia de Candelaria, ubicada en la 13 avenida de la zona 1 capitalina.
El cortejo procesional está programado para iniciar su recorrido a las 06:00 horas y para regresar a su dosel a las 01:00 horas del Viernes Santo.
Así, como es costumbre, el Nazareno impartirá su bendición a miles de feligreses que le rendirán su devoción en el también denominado ‘Jueves Blanco’, quizá por los colores blanco y morado que predominan en la vestimenta de los cucuruchos que lo llevan en hombros.
Y no es para menos
La historia procesional del Cristo Rey data de más de 450 años, además de que identifica la nacionalidad criolla, la religiosidad popular y el catolicismo de los guatemaltecos que le rinden culto.
De acuerdo con los inventarios existentes, el maestro Juan de Chávez pudo haberlo esculpido en el año de 1825. Sin embargo, en otras investigaciones del Arzobispo e historiador Francisco de Paula García y Peláez se sugiere que fue Mateo de Zúñiga, en 1640, quien también elaboró la imagen de Jesús de la Merced.
Otra historia. El historiador Víctor Miguel Díaz lo atribuye al insigne español Juan de Aguirre, quién llegó a Guatemala en 1554, procedente de Perú, y lo elaboró en el año de 1563.
El Cristo fue trasladado en 1773
Finalmente, hay un relato que parece ser el más verídico. Se dice que el obispo Francisco Marroquín, defensor de los indígenas y de los derechos humanos, encargó a Juan de Aguirre que realizara “la imagen perfecta del hijo de Dios”.
Se tienen datos de la bendición de la imagen de Jesús en el año de 1628, por el Obispo de Mira, Fray Ángelo María, de la Orden de Nuestra Señora de la Merced.
Como otras obras de nazarenos, el de Candelaria, llegó a la Ciudad de la Nueva Guatemala de la Asunción después de los terremotos de Santa Marta en 1773.