Chaquetas en colores metálicos o estampados florales, extravagantes cinturones bordados o una femenina casaca desde la que mira adusto Joaquín “El Chapo” Guzmán, son algunas piezas de una línea de ropa con la imagen del excapo lanzada el martes, un día antes de ser sentenciado en Estados Unidos.
“El Chapo 701” es la marca de ropa presentada en una exposición de moda en la ciudad mexicana de Guadalajara (oeste). Pese a ocupar un espacio perdido en un rincón de apenas cuatro metros cuadrado, es uno de los puntos más visitados de la feria.
Lo mismo acuden curiosos, atraídos por enormes cajas y un cartel con la figura de Guzmán impresa en negro sobre cartón, que distribuidores de ropa que exploran la posibilidad de vender esta particular colección en establecimientos comerciales.
La línea, según Gilberto de Anda, quien se presentó como abogado de la firma, sería propiedad de Alejandrina Guzmán, hija del narcotraficante, aunque medios de prensa mexicanos presumen que la dueña es su actual pareja sentimental, Emma Coronel.
Es una gestión altruista
Más que un negocio, añade De Anda, se trataría de un gesto altruista. “Los ingresos están destinados a los (presos en) reclusorios y a las personas que necesiten ayuda”.
El catálogo consta de una veintena de prendas y accesorios, muchas de ellas con el número 701 impreso, el lugar que la revista Forbes le otorgó a Guzmán cuando lo incluyó en la lista de los más ricos del mundo en 2009.
Los precios son variados, van desde casacas de unos 35 dólares hasta billeteras, sacos y cinturones de más de 400 dólares, mientras que en la línea femenina destaca una chaqueta dorada de 98 dólares.
La pieza estelar del catálogo es un cinturón conocido como “piteado”, un trabajo artesanal de bordados en cuero que es muy popular en la narcocultura y en zonas rurales de México.
El narco más poderoso del mundo
“Manufacturado por presidiarios y exconvictos de la cárcel de Puente Grande. Numerados del 001 al 701”, sostiene la publicidad, según la cual, las personas que compren estos productos ayudarán a la “reinserción social” de los prisioneros.
Guzmán, que llegó a ser considerado el narcotraficante más poderoso del mundo, se fugó en enero de 2001 de Puente Grande en el primero de sus escapes.
Fue recapturado en febrero de 2014, pero 17 meses después protagonizó otra espectacular huida de un penal de máxima seguridad.
Fue detenido por tercera vez en enero de 2016 y un año después fue extraditado a Estados Unidos.
Tras un juicio con tintes de narconovela, un juez de Nueva York se apresta este miércoles a sentenciarlo a cadena perpetua. El 12 de febrero un jurado lo encontró culpable de traficar más de 1.250 toneladas de drogas a Estados Unidos.
Con información de Agencia AFP