La Universidad de California, en Berkeley, publicó un estudio en la Science Magazine que indica que los animales están cambiando de hábitos para evitar el estrés que representa convivir con los humanos en su hábitat.
De acuerdo a la investigación hecha por Kaitlyn M. Gaynor, Cheryl E. Hojnowski, Neil H. Carter, and Justin S. Brashares, el gran crecimiento de la población humana influye muy directamente con los animales y sus actividades.
Pareciera que un gran número de especies mamíferos se han hecho nocturnos en un esfuerzo por evadirnos, y nadie los culpa. Estos científicos admiten que esto funciona para los animales, pero podría representar un peligro potencial en términos de ecosistema y, al parecer, es grave.
En es estudio se menciona que este tipo de “ajustes” no es nada nuevo. A decir verdad, los mamíferos se han adaptado a la presencia de los humanos desde hace tiempo, actividades como moverse menos, retirarse a áreas remotas y pasar menos tiempo buscando comida, son comportamientos alterados que hemos provocado en ellos.
“Sugiere que los animales podrían estar jugando con seguridad cerca de las personas. Podemos pensar que no dejamos rastro cuando solo estamos caminando por el bosque, pero nuestra mera presencia puede tener consecuencias duraderas”.
Pero, ¿cómo llegaron a esta conclusión? Bueno, los científicos se dieron a la tarea de hacer un metanálisis acumulativo de 76 estudios en 62 especies de seis continentes, es decir, analizaron el comportamiento de distintas especies en todos estos lugares.
Algunos de los animales tomados en cuenta fueron leones, nutrias brasileñas, coyotes en California, jabalíes de Polonia y tigres de Nepal, que muestran una notable diversidad en el comportamiento animál a través del lugar donde vivan.
El resultado fue un aumento de nocturnaidad en los animales a causa de la perturbación que los humanos ejercen en ellos, un factor repetitivo en todas las muestras.
Tal vez esto muestra la capacidad de adaptabilidad de los animales, pero los investigadores advierten que tales respuestas pueden resultar en cambios de patrones naturales que afectan todo lo que conocemos; nuestro estado físico, el crecimiento de la población, incluso la evolución.
Pero no todo está perdido, advierte Gaynor, al parecer todos debemos adaptarnos a esta “ley del hielo” que los animalitos nos están practicando: “Los humanos podrán hacer lo suyo durante el día; la vida silvestre puede hacer las suyas de noche”.