Un hombre de 59 años, identificado como Serguéi Torop, conocido por sus seguidores como “Vissarion” y quien aseguraba ser la reencarnación de Jesucristo, fue arrestado esta semana por las fuerzas especiales rusas, acusado de extorsión y de violencia física y psicológica.
Torop, un expolicía y fundador de la Iglesia del Último Testamento, en Siberia, fue detenido junto a Vadim Redkine y Vladimir Vedernikov, dos de sus familiares, en el marco de una operación conjunta con los servicios especiales (FSB, ex KGB) y el ministerio del Interior.
El gurú de la secta, que desde hace tres décadas presidía los destinos de miles de discípulos, es señalado de haber utilizado la secta para extorsionar a sus seguidores, de haber ejercido “violencias psicológicas” sobre ellos, causando “daños graves a la salud”.
En un video difundido por autoridades y medios rusos, se puede ver a Torop y a los otros dos sospechosos siendo conducidos a bordo de un helicóptero, bajo la supervisión de hombres encapuchados vestidos con uniformes.
“Despertar”
El culto, fundado en 1991 por Torop, se instaló en una aldea construida en el bosque, en el distrito de Kurgan, en la región siberiana de Krasnoyarsk.
“Vissarion” había reunido a sus miles de fieles para construir una especie de “Arca de Noé”, para, según él, “salvar a la humanidad de un cataclismo” provocada por los hombres, señala la AFP.
Los discípulos de la secta, que aspiraban a la autosuficiencia, aseguraban vivir en comunión con la naturaleza, rechazando en particular la carne, el alcohol y el tabaco. La iglesia, sin embargo, no vivía completamente aislada del mundo, acogiendo regularmente a la prensa.
Entrevistado en 2009, “Vissarion” afirmó que supo que era el “hijo de Dios” tras sentir que “algo surgía violentamente” en su interior que “había estado retenido hasta entonces”. Supuestamente, experimentó su “despertar” en 1989, tras perder su empleo.