Spencer Elden no fue un niño cualquiera. Hace 30 años cuando tenía tan solo cuatro meses y sin ser consciente de ello, protagonizó una de las portadas más célebres de la historia de la música: “Nevermind“. Este álbum catapultó la fama de la banda.
“Es extraño formar parte de una imagen tan icónica culturalmente porque, realmente, no tuve nada que ver con ella. Mi madre tiene una historia loca. Dice que, cuando era joven, tuvo una especie de visión de que su bebé iba a estar en todas partes”, contó en alguna ocasión en 2015.
Ese disco ha vendido más de 30 millones de copias desde su lanzamiento y Spencer agregó que se siente resentido porque él no ganó nada.
“Kurt quería un bebé que estuviera naciendo bajo el agua. En aquella época, antes de que existiera Internet, había que ir a la librería local y revisar los libros de partos para encontrar fotos. De modo que es lo que hice… pero no había forma de hacer una portada con ello. No pude encontrar ninguna foto buena. Todas eran demasiado explícitas para usarlas”, explicó Robert Fisher, director de arte de la discográfica Geffen Records.
“Entonces a Kurt se le ocurrió añadir un anzuelo para hacer la escena más impactante. Pasamos la tarde sentados pensando en todas las cosas divertidas que podríamos poner en él. Por ejemplo, un trozo de carne, como un gran filete crudo. O un CD o algo que sirviera para simbolizar la música. Fuimos a comer y estuvimos en plan: ‘¿Qué tal un burrito?’. También: ‘¿Qué os parece poner un perrito caliente?’. Estuvimos así durante horas. No recuerdo a quién se le ocurrió la idea del billete de un dólar, pero a todos nos pareció que era bastante buena”, agrega.
“Acabaron eligiéndome a mí. Y creo que se debió a mi pene: muchos de los otros bebés eran niñas. Me alegro de que no fuera para algo como un álbum de los Backstreet Boys. Mis padres sabían quiénes eran Nirvana, pero no estaban muy interesados en la escena grunge. Así fue como su amigo Kirk le llamó y le dijo: ‘¿Quieres ganar algo de dinero hoy y tirar a tu hijo a la piscina?’. Mis padres me llevaron allí, al parecer me soplaron en la cara para estimular mi reflejo de inmersión, me sumergieron, me hicieron algunas fotos y me sacaron. Eso fue todo. Les pagaron 200 dólares y se fueron a comer tacos después”, comenta Spencer quien agrega que eso es lo que lo ha tenido frustrado por años.
Al principio, el conocido como Nirvana Baby se sentía orgulloso de su hazaña acuática. Hasta se tatuó el logo de Nevermind en el pecho. Sin embargo, ahora lo mira diferente.
“No puedo creer que ellos ganaron millones por este álbum y mis papás solo recibieron 200 dólares. Cuando salgo en público pienso que ya todos me vieron desnudo. Todos los que participaron en el disco tienen toneladas y toneladas de dinero. Me siento como si fuera lo último del grunge. Vivo en casa de mi madre y conduzco un Honda Civic. Es difícil no enfadarse cuando oyes la cantidad de dinero que había en juego”, comenta.
Tampoco le ha sentado bien que ninguno de los dos miembros supervivientes de la banda, Dave Grohl y Krist Novoselic, se hayan contactado con él para brindarle alguna suma de dinero.
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