Un tribunal de apelaciones de Londres abrió la puerta a la extradición a EE. UU. de Julian Assange, fundador de WikiLeaks, tras aceptar un recurso de Washington, que quiere juzgarlo por la difusión de documentos clasificados.
“El tribunal admite el recurso”, se limitó a decir el juez Timothy Holroyde, ante una sala abarrotada por la fuerte expectación mediática del caso.
En primera instancia, la jueza Vanessa Baraitser bloqueó la extradición en enero, al considerar que Assange, cuya salud mental parece frágil, corría el riesgo de cometer suicidio si era entregado al sistema judicial de EE. UU., pero los abogados estadounidenses apelaron la decisión y en octubre argumentaron que Baraitser no había dado suficiente importancia a otros testimonios de expertos sobre el estado mental del detenido.
También garantizaron al tribunal que no se mantendría al australiano, de 50 años, en aislamiento punitivo en una prisión federal de máxima seguridad, y que recibiría un tratamiento adecuado.
Este viernes, el tribunal de apelaciones de Londres les dio la razón, anulando la sentencia previa, por considerar que “EE. UU. ha proporcionado ahora al Reino Unido un paquete de garantías que responden a las conclusiones específicas” que preocupaban a Baraitser.
Ponen en duda garantías de Washington
El caso, por lo tanto, volverá a ser examinado, en una fecha aún por determinar. Pero pase lo que pase entonces, es muy probable que esta larga batalla legal no termine ahí, puesto que la parte que pierda podrá entonces solicitar autorización para un nuevo y definitivo recurso el Tribunal Supremo británico.
“Apelaremos esta decisión a la mayor brevedad posible”, anunció la abogada sudafricana Stella Moris, prometida de Assange.
Por su parte, la oenegé Amnistía Internacional (AI) puso en duda las garantías de Washington sobre el trato que recibiría Assange en caso de ser extraditado y las calificó de “intrínsecamente poco fiables”.
Y el gobierno ruso calificó de “vergonzosa” la decisión británica.
EE. UU. ha acusado a Assange de 18 cargos, que incluyen espionaje, y lo señala de pirata informático. Si es extraditado, juzgado y condenado, podría ser encarcelado a un máximo de 175 años de cárcel, aunque la sentencia exacta es difícil de calcular y podría ser más corta.
*Con información de AFP