Decenas de guatemaltecos acudieron este Miércoles de Ceniza a la Catedral Metropolitana para conmemorar el inicio de la Cuaresma. El proceso se realizó bajo el cumplimiento de protocolos de prevención del Covid-19.
El padre José Luis Colmenares realizó una misa y llevó a cabo la imposición de ceniza a los feligreses. En esta ocasión, al igual que el año pasado, se optó por aplicarla sobre la cabeza, como una medida para reducir el contacto personal.
Mientras que la homilía se celebró con base en el aforo establecido en el tablero de alertas sanitarias por Covid-19, implementado por el Ministerio de Salud Pública. También fue fundamental la desinfección de las manos y el uso correcto y constante de la mascarilla.
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La ceniza marca el inicio de la Cuaresma
De acuerdo con el padre Colmenares, la Cuaresma es el tiempo de 40 días que lleva a la celebración del misterio de la muerte y resurrección de Jesús.
“La Pascua del Señor la celebraremos en los días Jueves Santo, Viernes Santo, Sábado de Gloria y finalmente en el Domingo de Resurrección”, expuso.
Entonces, este tiempo mientras se llega a la Pascua es el tiempo de Cuaresma que inicia con el rito de imposición de la ceniza, que recuerda a aquello que tuvo vida y ya no la tiene, explicó.
Según sus palabras, se recuerda la condición frágil del hombre, por lo que al imponer la ceniza lo que se hace es hacer ver que sin Dios le falta el fundamento y esencia a las vidas de cada persona.
“La invitación de este día es conviértete y cree en el Evangelio para abandonar aquellos comportamientos que no te hacen mejor persona y entrar en la dinámica de buscar a Dios”, enfatizó el sacerdote.
Oración por conflicto entre Ucrania y Rusia
El sacerdote compartió que para este 2022, el Papa Francisco pidió que en las iglesias del todo el mundo se hiciera una oración y ayuno en favor de la paz en Ucrania y Rusia.
Destacó que aunque pareciera que el conflicto es local puede tener connotaciones universales, por lo que es importante que todos se sientan obligados a orar juntos a Dios para que esto se resuelva por la vía diplomática, pacífica y del diálogo.
“Nosotros desde aquí no podemos hacer otra cosa, pero sí rezar y abrir nuestro corazón a Dios para evitar ese conflicto y tantos otros que hay en nuestras vidas personales, comunitarias, sociales, nacionales y continentales. En particular todo lo que hace sufrir al planeta y a todos los demás”, puntualizó.
