Un juez federal pidió el jueves al gobierno del presidente Joe Biden que diga rápidamente si pedirá la pena de muerte contra el autor de la matanza en un supermercado de Buffalo, ocurrida el pasado 14 de mayo y que dejó 10 muertos.
Acusado la víspera de un “delito racista” por la justicia federal, Payton Gendron, de 18 años, compareció por primera vez ante el juez Kenneth Schroeder en un tribunal federal en Buffalo, cerca de la frontera con Canadá. Durante esta audiencia procesal, Gendron aseguró que estaba desempleado y solo tenía $16 en su cuenta bancaria y pidió asistencia letrada. El magistrado le concedió los servicios de un abogado de oficio y señaló que su caso podía costarle caro a los contribuyentes.
“Cuando la pena de muerte es posible, los abogados defensores tienen una responsabilidad aún mayor” y rápidamente demandan pericias, particularmente psiquiátrica o digital, explicó. “Espero que el Departamento de Justicia tome una decisión rápida sobre este punto, para que sepamos lo antes posible si tiene la intención de buscar la pena capital y qué presupuesto asignar”, continuó el juez Schroeder.
Un fiscal federal respondió que la decisión la tomaría el secretario de Justicia, Merrick Garland, “después de un proceso riguroso, justo y expedito”. El día anterior, Garland había dejado la puerta abierta a esta opción y precisó que consultaría a “las familias de las víctimas” antes de decidir. El presidente Biden, sin embargo, prometió durante su campaña trabajar para abolir la pena de muerte a nivel federal y su secretario de Justicia dispuso una moratoria de las ejecuciones federales poco después de las elecciones.
“Gran reemplazo”
Payton Gendron también es objeto de procesamiento por “terrorismo doméstico” y “asesinato” ante la justicia del estado de Nueva York, que abolió la pena de muerte en 2004.
El 14 de mayo, tras meses de preparativos, el joven, armado con un fusil semiautomático y portando una cámara con la que filmó y transmitió en directo el ataque, se dirigió a un supermercado y perpetró la matanza. En el estacionamiento y dentro de la tienda, disparó a clientes y empleados, matando a 10 personas e hiriendo a otras tres, casi todos afroamericanos.
Su “motivo era evitar que los negros reemplazaran a los blancos (…) e inspirar ataques similares”, según la acusación federal, que se refiere a una tesis conspirativa en boga entre los supremacistas blancos. En su rifle estaban inscritos “insultos racistas”, así como los términos “Gran reemplazo”, el nombre de esta teoría popularizada por el intelectual francés, Renaud Camus, y extendida entre los círculos de extrema derecha, agrega el documento.
En la computadora del joven, los investigadores encontraron el borrador de un “manifiesto” escrito en los meses anteriores al ataque en el que detalla sus planes y explica que eligió la tienda Tops de Buffalo, ubicada 300 kilómetros al norte de su casa, debido a la alta proporción de afroamericanos que viven en el vecindario. Su objetivo, escribió, era “matar a tantos negros como fuera posible”.
*Con información de AFP