El Instituto Guatemalteco de Migración (IGM) gestiona apoyo para mejorar las condiciones de vida de Juana Alonzo y su familia. La guatemalteca regresó al país en mayo pasado tras permanecer siete años detenida injustamente en México.
La entidad informó que un equipo multidisciplinario visitó a la connacional con el fin de poder brindarle asistencia humanitaria y conocer de cerca sus necesidades inmediatas para poder atenderlas.
“Se gestionó apoyo con el Plan International Guatemala, quienes proporcionaron asistencia humanitaria, Visión Mundial otorgó una dotación de víveres al igual que el Refugio de la Niñez”, informó un vocero de la oficina.
Añadió que actualmente se realizan las gestiones para poder brindarle asistencia psicológica, pues fue una de las necesidades específicas que ella planteó.
Asimismo, se brindará acompañamiento para que su madre pueda recibir el tratamiento médico que necesita. El estado de salud de su progenitora fue una de las causas que la llevó a dejar el país años atrás.
#EUNacionales "Pasé ocho años encerrada…", dijo al tomar el micrófono, pero rompió en llanto al recordar el suplicio que vivió en aquel país.https://t.co/6Z0VMzDyki
— Emisoras Unidas (@EmisorasUnidas) May 23, 2022
La historia de la guatemalteca
El IGM dio a conocer que la joven migró en 2014 en compañía de un grupo de personas guiadas por un “coyote”. En el proceso permanecieron en una casa de seguridad, misma que fue allanada por las fuerzas de seguridad mexicanas.
En ese momento fue acusada de ser parte de una estructura criminal, razón espuria por la cual estuvo privada de libertad.
La migrante indígena guatemalteca fue torturada y encarcelada injustamente en México por casi años, acusada de secuestro, regresó el pasado 22 de mayo al país tras su liberación por la que abogó el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador.
“Yo soy inmigrante, yo no soy secuestradora”, dijo Juana Alonzo, de 35 años, al salir del aeropuerto de la capital donde fue recibida por familiares y amigos que viajaron más de 10 horas por carretera desde el poblado maya-chuj de San Mateo Ixtatán, noroeste de Guatemala y cerca de la frontera con México.
“Yo injustamente estuve (…) en la cárcel, pero gracias a Dios estoy viva”, agregó “Juanita”, como se le conoce cariñosamente, y que estuvo desde noviembre de 2014 en prisión preventiva en la ciudad de Reynosa, en el estado mexicano de Tamaulipas (norte).
La orden para la liberación de Alonzo fue firmada un día antes por Irving Barrios, jefe de la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas. La orden ocurrió después de que López Obrador abogara por la migrante guatemalteca.