Los voraces incendios forestales que golpean el centro sur de Chile desde hace una semana amenazan ahora con propagarse a otras regiones, lo que aumenta el desafío de los más de 5 mil 600 bomberos, la mayoría de ellos voluntarios, que luchan contra las llamas.
Las autoridades declararon la alerta roja en sectores de la sureña región de Los Ríos, por un incendio que afecta a los municipios de Corral y Valdivia. También temen que nuevos focos se generen en O’Higgins y la región metropolitana de Santiago, más al norte, a raíz de una nueva ola de calor extremo, con temperaturas que superarán los 37 ºC hasta el próximo viernes, según los pronósticos. También se han declarado emergencias y preemergencias por la nube de humo que cubre parte del territorio chileno, incluido Santiago.
“Se puede generar una situación muy compleja desde el punto de vista climático. Por lo mismo hay que preparar todos los equipos ante la eventualidad y necesidad de poder combatir incendios que pudieran presentarse”, afirmó el martes el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve. El último balance indicó que se mantienen 309 focos activos, 82 de los cuales están siendo combatidos.
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La cifra de oficial de muertos bajó el martes de 26 a 24 por una rectificación del gobierno. El número de heridos llega a 2 mil 180 por los incendios en las regiones de Maule, Ñuble, Biobío y La Araucanía, estas tres últimas declaradas en estado de catástrofe por el gobierno de Gabriel Boric.
Más de 1 mil viviendas calcinadas
Desde que comenzó la actual crisis, el miércoles de la semana pasada, las llamas han consumido más de 290 mil hectáreas y calcinado 1 mil 145 viviendas, según el recuento del Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred).
Mientras la ayuda internacional sigue llegando, el ministro francés del Interior, Gérald Darmanin, anunció el martes que su país enviará 80 bomberos y socorristas “en las próximas horas” a Chile “para apoyar a sus homólogos que luchan valientemente desde hace varios días contra incendios muy intensos”.
En el frente de batalla contra el fuego están unos 2 mil 200 brigadistas de la Corporación Nacional Forestal (Conaf) y de las compañías forestales, además de 3 mil 400 bomberos de la zona y de otras regiones llegados a redoblar los esfuerzos para apagar los siniestros. A diferencia de los brigadistas forestales, los bomberos en Chile son completamente voluntarios y no reciben un sueldo por su trabajo en las emergencias.
Al menos 17 personas han sido detenidas por su posible responsabilidad en el comienzo de los incendios, y en ocho de esos casos ya se presentaron cargos formales.
*Con información de AFP
