En los últimos días, una declaración de Leila Pereira, presidenta del Palmeiras, ha sacudido los cimientos del fútbol sudamericano. A raíz de un incidente de racismo en un partido de la Copa Libertadores Sub-20, la dirigente expresó su descontento con la Conmebol y planteó la posibilidad de que Brasil se alinee con la Concacaf en lugar de seguir participando en las competiciones de la Confederación Sudamericana de Fútbol.
El hecho que generó este debate ocurrió en un partido entre Palmeiras y Cerro Porteño en el estadio de San Lorenzo, en Argentina, durante la Copa Libertadores juvenil. La hinchada del equipo paraguayo profirió insultos racistas contra los jugadores del club paulista, lo que desató una ola de indignación en Brasil. La Conmebol sancionó a Cerro Porteño con una multa económica, medida que Pereira consideró insuficiente.
¿Brasil en Concacaf?
Ante lo sucedido, la presidenta del Palmeiras criticó duramente a la Conmebol, asegurando que Brasil genera el 60% de los ingresos de la Confederación pero no recibe el respeto que merece. "Necesitamos tomar medidas firmes respecto a Conmebol. Brasil representa la mayor parte del dinero que entra, sin embargo, los clubes brasileños son tratados de esta manera", declaró en una entrevista con TNT Brasil. Además, propuso la posibilidad de que Brasil considere afiliarse a la Concacaf, como una forma de presionar a la Conmebol para que garantice un trato justo a los equipos brasileños.
Si bien la idea de abandonar Conmebol puede parecer descabellada, la propuesta ha generado un debate serio en el fútbol sudamericano. Existen varios factores que harían que un cambio de Confederación sea complicado:
El futuro de Brasil en Conmebol
Pereira también mencionó que discutirá esta idea con la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) y con los clubes del país. Sin embargo, hasta el momento, no hay una postura oficial de la CBF sobre la posibilidad de cambiar de Confederación.
Lo más probable es que esta declaración sea una estrategia de presión para que Conmebol refuerce sus medidas contra la discriminación y brinde un trato más equitativo a los equipos brasileños. No obstante, abre un debate sobre el poder que Brasil ejerce en el fútbol sudamericano y las posibles alternativas que podría considerar en el futuro.
