Armand Duplantis volvió a dejar claro que es el rey absoluto del salto con pértiga al conquistar, por tercera vez en su carrera, el título mundial en Tokio. El sueco no solo se coronó campeón, sino que además lo hizo con un nuevo récord del mundo de 6,30 metros, alcanzado en su último intento. Con esta hazaña, no solo superó a todos sus rivales con una amplia ventaja, sino que reafirmó la sensación de que compite únicamente contra sí mismo, pues cada vez que entra a la pista, la verdadera incógnita es si batirá su propia marca.
La superioridad de Duplantis es tal que incluso durante la ronda de clasificación en el Estadio Olímpico de Tokio se le vio desconectado, casi aburrido por la falta de exigencia. Sin embargo, en las finales el sueco se transforma, motivado por el ambiente y la presión del público. En este mismo escenario, donde ya había ganado el oro olímpico en 2021 —aunque sin espectadores por la pandemia—, encontró ahora la oportunidad perfecta para brillar ante una afición entregada.
Duplantis, rey absoluto de salto con pértiga
El podio lo completaron el griego Emmanouil Karalis, quien se llevó la plata con un salto de 6,00 metros, y el australiano Kurtis Marschall, bronce con 5,95 metros. Pero la fiesta fue de Duplantis, que celebró la gesta envuelto en la bandera sueca, sonriente y desbordado de energía. Tras la ceremonia, buscó en las gradas a su pareja, Desire Inglander, para fundirse en un emotivo abrazo junto a sus padres, piezas claves en su formación: su madre, Helena, exjugadora de voleibol y preparadora física, y su padre, Greg, antiguo pertiguista y ahora su entrenador.
Con apenas 25 años, el sueco ya acumula un palmarés impresionante: dos oros olímpicos, tres títulos mundiales al aire libre, tres en pista cubierta, además de múltiples oros europeos y 41 victorias en la Liga Diamante. Desde su primer récord en 2020 en Torún hasta este 15 de septiembre en Tokio, suma ya catorce marcas mundiales, distanciándose cada vez más del legendario Sergey Bubka. Además de los títulos y la gloria, Duplantis se llevó 70.000 dólares por la medalla de oro y otros 100.000 por su nuevo récord, confirmando que su reinado no tiene comparación en la historia reciente del atletismo.

