El París Saint-Germain se enfrenta a una situación inesperada en torno a la gala del Balón de Oro, ya que varios de sus jugadores y directivos no podrán asistir a la ceremonia debido al aplazamiento del Clásico francés. El encuentro entre el Olympique de Marsella y el PSG, programado inicialmente para el domingo 21 de septiembre, fue suspendido por la fuerte alerta meteorológica que afectó al sureste de Francia, donde intensas lluvias generaron una alerta naranja por riesgo de inundaciones. La Liga de Fútbol Profesional (LFP), tras evaluar la situación, decidió reprogramar el duelo para este lunes 22 de septiembre a las 20:00 horas.
La coincidencia del partido con la celebración del Balón de Oro en el Teatro de Châtelet de París ha provocado que varias figuras del PSG, candidatas a recibir reconocimientos, deban priorizar su compromiso deportivo. Achraf Hakimi, Vitinha, Fabián Ruiz, Nuno Mendes y Khvicha Kvaratskhelia, todos incluidos entre los 30 finalistas al prestigioso galardón, no podrán estar presentes en la gala. La decisión responde a lo estipulado por el reglamento de la LFP, que obliga a reprogramar los partidos suspendidos por causas meteorológicas al día siguiente, siempre que las condiciones lo permitan.
Ousmane Dembélé, jugador del PSG, si podrá estar en la gala del Balón de Oro
Uno de los pocos que sí podrá estar en la ceremonia es Ousmane Dembélé, actualmente lesionado y baja confirmada para el Clásico. El atacante francés, que figura entre los principales favoritos para ganar el Balón de Oro, será la representación más visible del club parisino en la gala. Sin embargo, la ausencia de gran parte de la plantilla y de varios directivos resta protagonismo a un PSG que aspiraba a ser uno de los grandes protagonistas de la noche, no solo en las categorías individuales, sino también en la de mejor equipo y mejor entrenador.
Este contratiempo refleja cómo la fuerza de la naturaleza puede alterar la agenda del fútbol europeo y sus eventos más prestigiosos. El Clásico francés, considerado el partido más importante de la Ligue 1, ha quedado por encima de una cita histórica para muchos de sus futbolistas, lo que pone de manifiesto la obligación profesional de anteponer los compromisos deportivos a las ceremonias de reconocimiento. Mientras tanto, el PSG tendrá que dividir su atención entre el reto en el campo ante su eterno rival y las expectativas en una gala en la que, pese a las ausencias, todavía podría cosechar importantes premios.



