El anhelo de ver a Guatemala en una Copa del Mundo volvió a desvanecerse este jueves, cuando la Selección Nacional, dirigida por Luis Fernando Tena, cayó 2-3 ante Panamá en el Estadio Manuel Felipe Carrera. Tal como ha ocurrido desde su primera participación en Eliminatorias en 1958, la Azul y Blanco quedó nuevamente a las puertas de un Mundial, esta vez sin posibilidades matemáticas de alcanzar el sueño rumbo a la edición de 2026.
El verdugo de la noche fue Cecilio Waterman, delantero panameño que actualmente milita en el Coquimbo Unido del fútbol chileno. El atacante firmó un doblete en el primer tiempo, suficiente para golpear en lo anímico y futbolístico a un combinado guatemalteco que, una vez más, vio cómo su ilusión se desvanecía ante un rival que aprovechó cada descuido defensivo. A pesar de ello, la Selección Nacional no bajó los brazos y encontró un respiro en la segunda mitad.
Se acabó el sueño mundialista de Guatemala
Con más ímpetu que fútbol, Guatemala logró igualar el marcador gracias a las anotaciones de Arquímides Ordóñez y Rudy Muñoz, quienes devolvieron la esperanza a la afición. Sin embargo, cuando parecía que la remontada era posible, llegó el mazazo definitivo: José Fajardo silenció a los miles de aficionados presentes con un gol al minuto 78, una anotación que sepultó las aspiraciones mundialistas y dejó al país sumido en la frustración.
La sensación de pérdida es más dura que nunca. No hubo y no habrá una oportunidad igual para asistir a un Mundial, considerando que los anfitriones —México, Estados Unidos y Canadá— ya tenían su boleto asegurado.
Esto dejaba un camino más accesible para las demás selecciones, un camino que Guatemala no supo aprovechar. La derrota deja al conjunto nacional en el tercer lugar del Grupo A con 5 puntos, muy lejos de Surinam y Panamá, ambos líderes con 9 unidades y dueños de los boletos hacia la siguiente fase.
Aunque Guatemala ya no tiene nada en juego, deberá disputar su último partido del grupo el martes 18 de noviembre, cuando reciba a Surinam. Para los visitantes, el duelo será crucial, pues llegan con la motivación intacta de hacer historia y conseguir su primera clasificación mundialista. Para Guatemala, en cambio, será un encuentro que invitará a la reflexión, a la autocrítica y a la búsqueda de respuestas sobre si el sueño mundialista es un camino que el país está dispuesto para seguir recorriendo.


















