En la segunda temporada de The Last of Us, los relojes trascienden su función como simples accesorios para convertirse en símbolos profundos. Y es que los relojes reflejan la evolución emocional de los personajes y los temas centrales de la serie.
Desde el inicio, estos objetos se presentan con un diseño cuidadosamente seleccionado, sin marcas visibles, siguiendo la estética del videojuego original. El reloj de Joel, interpretado por Pedro Pascal, es un ejemplo destacado a lo largo de toda la serie.
Diseñado específicamente para el videojuego por un relojero anónimo, su diseño se basa en un modelo de la marca Timex. En The Last of Us, este reloj no muestra ninguna marca, en consonancia con la versión digital creada por Naughty Dog.
Este detalle subraya la fidelidad al material original y la atención al detalle en la producción. El simbolismo del reloj se profundiza en el tercer episodio de la temporada, cuando Ellie hereda el reloj de Joel tras su muerte a manos de Abby.
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Este gesto marca un punto de inflexión en la trama, simbolizando la transmisión de legado y la continuación de la lucha. El reloj se convierte en un recordatorio constante de la conexión entre ambos personajes y de las decisiones que Ellie debe tomar en su camino.
Además, la elección de relojes para otros personajes principales también responde a criterios simbólicos. Abby, quien busca vengar la muerte de su padre, aparece con un reloj sorprendentemente similar al de Joel, con un toque diferente en el color.
Esta elección no fue casual, ya que refleja el paralelismo entre ambos personajes y anticipa el papel de Abby en la trama. En resumen, los relojes en la segunda temporada de The Last of Us no solo sirven como elementos de utilería, sino que son vehículos narrativos que enriquecen la historia.



