Bad Bunny y J Balvin son dos de las figuras más influyentes de la música urbana a nivel mundial. Sin embargo, durante varios años, los seguidores del reguetón notaron un evidente distanciamiento entre ambos artistas.
Lo anterior dio pie a rumores de una supuesta pelea que nunca fue aclarada públicamente, hasta ahora. La relación entre Bad Bunny y J Balvin alcanzó su punto más alto en 2019 con el lanzamiento del álbum colaborativo Oasis, un proyecto que marcó un antes y un después en el género urbano.
@estilodf J Balvin y Bad Bunny cantando juntos, abrazados, en su último concierto en México. CC: @kevinlopezmejia en X #jbalvin #badbunnypr #badbunny #balvin #mexico
♬ sonido original - EstiloDF
El disco fue un éxito rotundo y consolidó a ambos famosos como referentes de la música latina. No obstante, tras ese logro, la dupla dejó de colaborar y de mostrarse junta en eventos públicos, lo que encendió las especulaciones.
El distanciamiento comenzó a tomar fuerza en 2023, cuando Bad Bunny lanzó el álbum Nadie sabe lo que va a pasar mañana. En una de sus canciones, el cantante puertorriqueño incluyó una línea que muchos interpretaron como una indirecta hacia J Balvin, aludiendo a diferencias en la forma de manejar relaciones dentro de la industria musical.
Más de la enemistad de J Balvin y Bad Bunny
Aunque no mencionó nombres directamente, la frase fue suficiente para que los fans asumieran que existía una ruptura personal o profesional. A partir de ese momento, se habló de distintas razones detrás del alejamiento entre los artistas.
Entre ellas, diferencias creativas, visiones opuestas sobre la industria y momentos personales distintos. Mientras Bad Bunny apostó por una propuesta más experimental y crítica, J Balvin continuó enfocado en colaboraciones globales y un sonido más comercial.
Ninguno confirmó una pelea directa, pero el silencio entre ambos reforzó la narrativa de conflicto. La historia dio un giro inesperado en diciembre de 2025, cuando J Balvin apareció sorpresivamente en uno de los conciertos de Bad Bunny en la Ciudad de México.
Ambos artistas compartieron el escenario, interpretaron canciones de Oasis y protagonizaron un momento que fue interpretado como una reconciliación pública.



