"Perro viejo no aprende trucos nuevos", fue el refrán que el geriatra y expresidente del Colegio de Psicólogos de Guatemala Héctor Alfredo Molina Loza citó para lamentar uno de los obstáculos más grandes para el adulto mayor en Guatemala: El avance de la tecnología. No obstante, el experto también habló de otros temas fundamentales para las personas de la tercera edad, entre los que subrayó el reto de sobrevivir y mantener la salud.
"Nosotros tenemos una ausencia estatal bastante grande en este segmento de la población, no hay ayuda. El empobrecimiento es muy grande", aseguró el experto durante una entrevista del programa A Primera Hora de Emisoras Unidas 89.7 transmitida el 11 de marzo de 2024. En esa edición, Molina agregó que: "Aquí, el reto diario del adulto mayor en general es sobrevivir, mantener la salud para sobrevivir. Ese es el reto que enfrenta el adulto mayor todos los días".
Tomando en cuenta la necesidad de trabajar que tiene cada anciano para sobrevivir, el experto citó la teoría moderna de la atención al adulto mayor, avalada por la OMS. Molina mencionó que la misma habla del "envejecimiento activo para tratar de conservar la salud y evitar el aislamiento del adulto mayor en la sociedad e incluso en las familias".
Aquí, el reto diario del adulto mayor en general es sobrevivir, mantener la salud para sobrevivir. Ese es el reto que enfrenta el adulto mayor todos los días.
Héctor Alfredo Molina Loza, geriatra.
Sin embargo, el galeno resaltó que en Guatemala no basta con el envejecimiento activo, porque en este país ese tema es similar a ser productivos, "porque el adulto mayor no tiene sustento económico y ese es el gran problema".
Molina lamentó que el gran problema de Guatemala para el adulto mayor joven, que va de los 65 a 74 años, sea el desempleo. El experto explicó que, en general, este segmento tiene menos del 15% de limitaciones físicas y que está en total capacidad de trabajar, pero ya no hay empleos para él.
El entrevistado resaltó que si un adulto mayor joven padece enfermedades, las puede paliar con medicamentos. En ese sentido, lamentó el inconveniente del edadismo, que es un tipo de discriminación por razones de edad.
Agregó que el anciano sufre edadismo en otros campos, no solo en el laboral, porque el adulto mayor, en cierto modo, se autolimita por su acceso a la tecnología y al mundo moderno.
Las limitaciones de la tecnología para el adulto mayor
"En nuestra población, la mitad de los adultos mayores es rural y nunca recibió instrucción, por lo menos formal, y por eso en el ámbito laboral y político ya no se le toma en cuenta para participar ni siquiera en las decisiones de familia", lamentó el experto.
El profesional agregó que, en Guatemala, las medidas en favor del adulto mayor no pasan de ser "medidas cosméticas", aunque tenga reglamento y política. Molina cuestionó el beneficio de pasaje gratis en los buses urbanos, cuando este tipo de unidades solo existen en la capital y en Quetzaltenango.
El verdadero problema del adulto mayor
Molina mencionó que la ley establece la entrada libre a los teatros, a los cines y que no haga cola en supermercados y bancos, "pero esas son medidas cosméticas porque el verdadero problema es la salud", aseveró.
"Sin salud todo se viene abajo y hay una pandemia oculta de la cual no se habla, que son las enfermedades crónicas".
Héctor Alfredo Molina Loza, geriatra.
El experto señaló que esos problemas de salud -los crónicos- están afectando a más de la mitad de adultos mayores en el país. Por lo tanto, los adultos mayores deben gastar sus pocos recursos en medicamentos.
"Cada vez es peor el problema de la salud, porque la pandemia incluye un tema que se llama síndrome metabólico, que está afectando a toda la población guatemalteca y del mundo", relató. El experto indicó que estas enfermedades son producidas por las comidas con harinas refinadas, azucares industriales y grasas trans, entre otros.
"Esto hace que más de la mitad de los adultos mayores llegue con secuelas y enfermedades que obligan a tomar medicamentos todos los días para sostenerlas, porque ya no se curan", reveló el experto al citar algunas enfermedades como:
- Diabetes,
- Esclerosis,
- Padecimientos cardiacos,
- Presión alta, entre otros.
Molina agregó que como consecuencia de esos malestares, el adulto mayor se convierte "en un trabajador para la industria farmacéutica". El entrevistado añadió que "los pocos recursos que recibe, que son poquísimos, los tiene que gastar en esto", al referirse a las medicinas.
El geriatra señaló que los medicamentos que más se consumen por los adultos mayores son los que ayudan a controlar la diabetes y que todos los años, o de forma muy frecuente, los mismos deben ir siendo cambiados por otros que aumentan su costo.
"Todos los años o muy frecuentemente, los medicamentos van siendo sustituidos por otros cada cierto tiempo <cada vez es más corto>, porque ofrecen más ventajas, no para curar la enfermedad, sino para sostener al paciente más tiempo; por ello, retiran algunos del mercado, por otros más caros".
Héctor Alfredo Molina Loza, geriatra.
El respeto para el adulto mayor
Entre los aspectos positivos, el experto consideró que, "en cierto sentido, a nivel comunitario y de barrio, la situación del respeto a los ancianos es bastante buena". Sin embargo, lamentó que los espacios más grandes y automatizados no estén hechos para los adultos mayores.
También destacó que, como cultura, todavía no hemos caído al nivel de otros países donde existe doble moral, porque todo el mundo dice que respeta a los ancianos, pero a la hora de ayudar y hacerse cargo, a veces ni los hijos están disponibles.
Volviendo al tema de la tecnología, el galeno señaló que el avance de la automatización es parte del progreso que abarca incluso el entretenimiento, con plataformas y televisores que cada vez son más interactivos. En ese sentido, también mencionó los restaurantes que ya no tienen un menú impreso, sino que tienen un código QR para ser leído por medio de un teléfono inteligente, "casi ni hay personas que lo atiendan a uno cuando uno entra a una estación de servicio para algo", lamentó.
"Los televisores cada vez más interactivos, la comunicación a través del teléfono y las redes van excluyendo al adulto mayor, porque ya no tiene el chip", indicó. "Porque como dice el refrán: perro viejo no aprende viejos trucos, y tal vez es verdad, porque cuesta irse adaptando y los cambios ocurren muy rápido y uno llega a la conclusión de que la adaptación nunca termina y uno termina dando un paso atrás", lamentó.
Con información de A Primera Hora de Emisoras Unidas.